Diario de León
Publicado por
Cristina López Ruiz de la Hermosa
León

Creado:

Actualizado:

No pude sentirme más contenta al escuchar en la sesión plenaria una maravillosa frase de María Montessori: «La primera tarea de la educación es agitar la vida pero dejarla libre para que se desarrolle». Pero… me quedó un cierto regustillo amargo al pensar si Joan Mena la mencionaba, creyendo y comprendiendo las palabras de la doctora Montessori, o las quería utilizar para atraer a votantes. Y digo esto, porque durante toda la sesión no hice más que escuchar de unos y otros lo de siempre, tirarse los trastos, y querer convencer, cada uno, de que tenían la fórmula mágica para la mejor tarea educativa frente a las demás propuestas. Palabras bonitas en el limbo, porque cada una de ellas no valoró el importante proceso de la educación. Se habló de fines educativos, todos muy bonitos, pero no se puso en común una búsqueda de soluciones y herramientas para llegar a esos objetivos.

Por ejemplo todos hablan de la necesidad de financiación para la escuela, pero ¿dicen o saben acaso cómo destinar ese dinero para alcanzar la igualdad de oportunidades, la libertad, el respeto, los valores, la tolerancia..? Conozco escuelas muy pobres en las que estos conceptos se llevan a cabo.

Desde luego, es muy importante invertir en educación, es la base de la sociedad, simplemente les animo a reflexionar en qué van a utilizar ese dinero, ¿acaso en tablets para que todos los niños puedan acceder al mundo tecnológico y a una visión del mundo distorsionada? ¿A… subir el sueldo a los profesores para que estén más motivados? Me imagino un profesor con un gran sueldo… con ese niño que alborota la clase, el otro que no se entera de lo que le cuentan, y el de más allá que viene sin desayunar y pálido por problemas familiares, pero el profesor no pierde su gran sonrisa y lo da todo porque cobra más que antes…

No. Dignificar al profesorado es darle unas herramientas válidas para que pueda desarrollar su labor de guía en la microsociedad de su aula. Pero esas herramientas no consisten en una tablet, en ladrillos recién estrenados o en incrementos sustanciales de sueldo, muy a pesar de que todos queramos cobrar más.

Las herramientas consisten en dotarle de un estudio profundo, científico y antropológico de las características y necesidades del ser humano a nivel filosófico y práctico. Darle la oportunidad, mientras estudia textos con vocación, de aprender a observar, de enfrentarse a la realidad del contacto con los niños, con los adolescentes, con personas, más allá de unas pequeñas prácticas casi ficticias en las que no tienen ni adquieren responsabilidad real. Dignificar el trabajo del profesor no es darle una palmadita en el hombro y un trabajo de por vida por haber realizado una oposición escrita con éxito sobre el papel, porque su trabajo no consistirá en escribir palabras bonitas sobre un folio sino enfrentarse a la vida en desarrollo. Si el profesor llega preparado, si sigue teniendo vocación después de experimentar de manera válida y efectiva la realidad, si es capaz de realizar una transformación personal, si es capaz de llegar a cada uno de sus niños, habrá encontrado la mayor dignificación.

Hablan los políticos de la inclusión, de la diversidad, de una escuela para todos, al tiempo que cada uno quiere poner normas propias y cerrojo en su comunidad, incluso en algunos casos imponer su idioma frente al que todos conocemos, más que para conservar raíces, para hacer separatismo a través de la lengua, como hemos vivido tantos en muchas ocasiones. Este diputado filólogo que mentó a Montessori dijo también: «La ley tiene que blindar la escuela pública como la columna vertebral de nuestro sistema educativo», y me sorprende que hay utilizado el verbo «blindar». ¿De qué se quieren proteger? La mayor crítica que he escuchado es sobre el aspecto religioso, pero es que para algunos, la parte espiritual es incluso más importante que aprender matemáticas, ¿acaso la parte espiritual no se debe tener en cuenta en la educación plena de una persona? Es muy importante introducir en las aulas la educación sexual y toda la diversificación, y cuando lo tengamos habremos ganado en libertad, pero… ¿no se quiere restringir la libertad de las familias que quieren una educación pública en la que se cultive la parte espiritual a través de su religión? ¿Por qué una cosa si cabe y la otra no cuando en ambas se trata de armonizar una parte fundamental del individuo?

Más allá de los temas que parecen promovidos por ideas políticas de unos y otros se les olvida preguntarse sobre la educación: ¿Cuáles son las necesidades de cada niño, de cada ser humano en cada etapa de su desarrollo? ¿Cómo sacar de dentro la potencialidad de cada niño? ¿Cómo hacerle una persona íntegra y feliz? ¿Cómo dar libertad al hombre sin caer en el libertinaje? ¿Cómo respetar los ritmos e individualidad de cada uno si la igualdad de oportunidades pretende dar a todos lo mismo? Este concepto, unido al de justicia y libertad está confundido en educación, porque Montessori promueve la justicia no como acto de dar a todos lo mismo sino a cada uno lo que necesita ¿Se han planteado cómo llegar a esto? ¿Cómo hacer de cada uno agente activo y particular de la historia?

Cuando se dé al bebé, al niño, al adolescente, al universitario, a cada uno lo que realmente necesita en cada momento de manera integral, observando sus necesidades, llegaremos a los fines que todos promulgáis: un hombre que utiliza responsablemente su libertad, inmerso en su sociedad, armónico y pleno.

¿Por qué triunfa Montessori? Se asienta sobre unos principios fundamentales filosóficos, toda su obra tiene el por qué y el para qué. Creó su pedagogía de forma científica, bajó a las aulas, observó, pasó mucho tiempo entre niños, estudió mucho, reflexionó mucho, y dotó a su filosofía de un método, de unas herramientas para llevarlo a cabo.

Y esa es la gran diferencia con nuestros políticos, y esa es la tragedia de la educación. Que no conocen la realidad, que no han hecho un estudio profundo del ser humano, que se conforman con buscar unas frases bonitas por internet y se llenan la boca ofreciendo a los votantes lo que quieren oír, pero después no saben cómo llevar a cabo sus propias teorías.

Quieren dotar a los niños de libertad creyendo que la libertad es que haga cada uno lo que quiera como ellos hacen, me voy a permitir citar a la diputada que dijo «queremos llegar solas y borrachas a casa» que me erizó los pelos pensando en si esa es la educación que van a recibir mis hijos. La libertad es la elección de pensamientos y actos con responsabilidad. La libertad es la actuación reflexiva teniendo en cuenta a uno mismo y a los que nos rodean. Libertad no es libertinaje.

Por último quiero hacer una llamada a los políticos que nos quieren gobernar, a todos esos que se sientan en el congreso, a todos los que día tras día se insultan frente a las cámaras, a los que se ríen de las propuestas del otro y se complacen en sus mazazos retóricos. A esos que debieran ser modelo de respeto, que piden para la escuela la prevención de conflictos y la resolución pacífica y nos muestran cada día como estando donde están, pidiendo lo que piden y representando lo que representan, no son capaces de mostrar respeto alguno por los ciudadanos bajo el yugo de sus decisiones, en el nuevo circo de lágrimas en el que se ha convertido el congreso.

Ah! Por cierto Joan, es María Montessori, no María «de» Montessori como usted cito. En internet, donde busca información, no todo vale.

tracking