Diario de León

Razones técnicas, jurídicas y emocionales para defender la utilización de residuos como combustible en la planta de Toral de los Vados

Publicado por
Dimas Vallina, Director gerente de la Fundación laboral del cemento y el medio ambiente
León

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La fábrica de Toral de los Vados ha conseguido por fin autorización para emplear neumáticos usados como combustible. Después de un arduo camino se suma a otras 29 cementeras españolas y más de 190 europeas que ya cuentan con autorizaciones similares, en este caso desde hace 45 años.

Este proceso se ha visto salpicado de acusaciones infundadas sobre supuestas afecciones a la salud y a los cultivos agrícolas, que aún siguen activas. Rebatir esas acusaciones desde un punto vista jurídico y científico es relativamente sencillo. La valorización está recogida en la legislación española y comunitaria, como una práctica de gestión de residuos que se debe anteponer al vertedero. El uso de residuos en cementeras es considerado una «mejor técnica disponible» por parte de la Comisión Europea; la propia Comisión recoge en su normativa que aquellos Estados miembros con una capacidad de incineración baja o inexistente y una alta dependencia de los vertederos (la situación española), evalúen, entre otros factores, la disponibilidad de hornos de cemento para usar residuos como combustibles y materias primas. Siguiendo con los argumentos técnicos, en Alemania, Austria, Suiza cada vez hay más fábricas de cemento que sustituyen más del 90% de sus combustibles fósiles por otros derivados de residuos. Así disminuyen sus emisiones de CO2 y dan una solución a la problemática de los vertederos.

Decir que las denominaciones de origen del Bierzo están en peligro cuando hay tantos ejemplos de convivencia pacífica entre fábricas de cemento que usan combustibles alternativos y zonas agrícolas del máximo prestigio nacional e internacional: Champagne, Cognac, Beaujolais, Retznei, Jerez… me parece irresponsable. Y lo es, no porque lo diga yo, que represento a una Fundación de la que forma parte la patronal cementera y los dos sindicatos mayoritarios del sector, Comisiones Obreras Construcción y Servicios y UGT-Fica Federación de Industria, Construcción y Agro; es irresponsable porque en todos los países de Europa, incluido España, antes de que se dieran los permisos para usar residuos como combustible en cementeras, los organismos científicos independientes de referencia y las universidades de esos países, hicieron exhaustivos informes en los que se demostró que la valorización energética no supone riesgos añadidos para la seguridad de las personas ni el entorno.

En nuestro país la lista de instituciones que han evidenciado este asunto incluye al CSIC, la Universidad de Alicante, la Universidad Rovira i Virgilli, y recientemente, en el caso de la planta de Toral, a la Universidad de León. Una práctica supuestamente nociva para la salud, como dicen algunos, no se hace de manera ininterrumpida y creciente en cementeras de Austria, Suiza, Alemania, Suecia, Noruega o Bélgica durante más de cuarenta años. No es creíble.

Decíamos antes que rebatir esas acusaciones desde un punto de vista jurídico o técnico era relativamente sencillo, no lo es tanto desde el punto de vista emocional. Y ahí es donde entran en juego los eslóganes falsos como «la incineración mata» o alarmistas como «esto es el fin de las DO del Bierzo».

Hay una parte de nuestros residuos que bien por razones técnicas, económicas o excepcionales, no se pueden reciclar y donde es necesario tener en cuenta soluciones fiables, contrastadas y seguras como las que ofrecen las fábricas de cemento. Acusar a una planta que lleva casi un siglo vinculada con el territorio y generando empleo estable y de calidad de poner en peligro a sus vecinos y a sus cultivos es una acusación falsa e injusta.

Hace años nuestro sector se limitaba a los argumentos técnicos y jurídicos, ya no. Llevamos tiempo con políticas de puertas abiertas en nuestras fábricas, organizando reuniones públicas con asociaciones vecinales y representantes políticos y comunicando con total transparencia. Defendemos con ahínco a nuestra industria en este tema porque sabemos que gran parte de su competitividad y futuro pasa por el empleo de combustibles procedentes de residuos para poder reducir las emisiones de CO2, tal y como nos exige la Comisión Europea. Podemos decir alto y claro que muchos de los trabajadores del sector viven con sus familias en el entorno inmediato de nuestras fábricas y eso es un gran argumento emocional, adicional a los técnicos y jurídicos que decíamos antes. Si los que mejor conocen el proceso lo apoyan sin fisuras…

Una vez obtenida por fin la licencia ambiental para emplear neumáticos en Toral, el compromiso del sector cementero es seguir informando y dialogando con toda la sociedad sobre nuevas formas de generación de energía y de gestión de residuos. Desde la Fundación Cema estamos encantados de contribuir a ese necesario debate para el futuro del Bierzo.

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