La irresponsabilidad de algunos ‘jóvenes’ y el covid
La pandemia está desbocada, ya estamos en estado de alarma, que nos marca un nuevo confinamiento general, que no será domiciliario salvo desde las 22 a las 6 h, y se pretende llegar así a mayo. Será un antes y un después para muchos. Sobretodo y en todas sus dimensiones en salud para las personas que sobrepasamos una determinada edad.
He leído por algún lado que «es un error focalizar el objetivo» en los estudiantes o que no hay que «criminalizar» a los jóvenes. Hacen referencia a la supuesta escasa o nula responsabilizar que tienen a la hora de «divertirse». Que de esa diversión se contagien de covid un buen número de ellos, que convivirán con otro número mayor de sus familiares o amigos, que asimismo contactaran con otras personas de su entorno, tendrá consecuencias: mayor número de contagiados ¿Se imaginan lo que supone hacer «un rastreo» por personal sanitario en esta situación? ¿y del difícil papel de los rastreadores ante estos «jóvenes»? Me niego a seguir pensando que es un error criminalizar a los jóvenes, son falsos argumentos de quien no se atreve a decir que son la causa y razón de la mayoría de los contagios y además con clara tendencia al alza.
No pretendo estigmatizar ni criminalizar yo a todos los jóvenes porque de ellos, una «minoría» celebre reuniones sin control. El colectivo de los jóvenes es muy grande, es en general responsable y tiene percepción del riesgo de contagio. Conviene decir que los que se ven implicados en estos festejos, son los culpables de cerca del 50% de las infecciones (hay un % alto por reuniones familiares) y que concentraciones, botellones, juergas, algarabías y demás formas de liarla deben de ser paradas de forma radical.
No discuto que uno a uno, sean «buena gente», pero cuando se juntan en pandillas o manadas, pierden complejos, se desinhiben toman cuatro copas, dejan de pensar y se sienten los amos del mundo. Se sienten los amos de mi vida, de la de sus familiares y amigos y también de la de sus compañeros que responsablemente o por no tener «malsanas» costumbres, no acuden a esas reuniones. No focalizo en todos los jóvenes, estoy exponiendo una verdad que no todo el mundo está dispuesto a reconocer porque no suena bien, aunque sea una realidad que está saturando nuestros hospitales y nuestras UCIs y por si fuera poco también está maltratando a los sanitarios españoles, que están manteniendo el tipo y de qué forma a pesar de estar cansados y con menor ánimo.
También he oído decir a un joven a cara descubierta (sin mascarilla): «Es inútil, si nos echan de aquí, buscaremos otro lugar para liarla». O a otro «hemos venido a emborracharnos». Chavales de no más de 17-20 años, posiblemente buenos estudiantes, pero arrogantes, chulos, incompetentes e insolidarios rapaces que merecen que alguien les dé una respuesta y si es preciso algo más. Esta tendría que venir de sus educadores/progenitores, pero estoy seguro de que muchos de ellos además de «pagar» la fiesta, si en alguna ocasión han tratado de llamarles la atención habrán recibido malas respuestas y ya se sabe «los chicos son los chicos». Pues ya va siendo hora de que a los chicos (a estos chicos) se les ponga freno y que sean conscientes de que en momentos críticos como los que vivimos y en los que está en peligro la salud de los demás deben de buscar otras formas de «diversión». Entre otras razones y hay pocas para disculparles, está el hecho de que durante los meses más duros de la pandemia se haya trasmitido el mensaje de que el covid-19 afecta fundamentalmente a los mayores. Craso error, el covid-19, en su manifestación actual, sobre todo se ceba con jóvenes y adultos entre 15 y 39 años de edad. Por tanto, no, no tenéis inmunidad y aunque la tuvierais, también deberíais tener educación y cordura y de esto, los responsables parecen tener poco. Actualmente el tramo de edad de 15 a 39 años es el más elevado en covid, el más expuesto, suelen infectados asintomáticos, y con ello grandes contaminadores porque desconocen su enfermedad y son la banda de edad que más se «reúne».
¿Vuestras razones?: Que si sentís la presión de vuestro grupo; que si no os gustan las normas; que tenéis la necesidad de estar con los «vuestros»; que solo os sentís «liberados» en el grupo y no sé cuantas historias más para llegar a lo mismo. Todo por «divertirse» de la peor forma, perdiendo las formas. ¡Vaya razones! Lo que os ocurre es que no sabéis medir y que estáis en manos de unos «grupos» que lideran estas fiestas y no está bien visto dejarlas. Lo que no está bien visto es que a pesar de la crisis sanitaria que tenemos, sigáis buscando como vulgares delincuentes la forma de burlar la vigilancia de la sociedad para vuestros encuentros, de una sociedad expuesta a vuestra insolidaridad. Se me acuerden una larga lista de actividades que se pueden realizar en esas edades y entre ellas también algunas de ocio sano, instructivo, o ambas cosas.
Ya va siendo hora de que a los chicos (a estos chicos) se les ponga freno y que sean conscientes de que en momentos críticos como los que vivimos y en los que está en peligro la salud de los demás deben buscar otras formas de «diversión»
Esta situación será temporal y el tiempo no solo lo impone el virus, lo impone también el tiempo que tardemos en tener una vacuna eficaz (que no será poco). Después, podréis volver a vuestras reuniones dentro de unas normas que no perjudiquen a los intereses del resto de la gente. Dicho esto, nuestro reconocimiento y apoyo a los jóvenes responsables (que son los más), que pagan los platos rotos de sus «compañeros» y que han soportado y soportarán la cuarentena o la restricción de su movilidad sin parpadear.
Solo «focalizo» y queda bien claro, en los jóvenes que desafían las normas y no en la mayoría que se comportan con naturalidad en medio de esta insólita situación.
Como se puede desprender de este escrito, no está la cosa para ser amable o políticamente correcto, hay que decir la verdad, no nadar entre dos aguas y esta es que «algunos jóvenes y adultos» sean o no estudiantes nos están «jorobando».
Algunos, como es mi caso no tenemos ganas de ser «correctos» y pretendemos decir las cosas claras. Otros hay que visten sus declaraciones en ambigüedades y se mojan pero a favor de la irracionalidad de estos irresponsables que no cesan.
Este mensaje pretende especialmente llegar a quienes «montan estos festejos», ellos son los verdaderos culpables y a ellos es a los que debería perseguir la ley.
Tampoco me gusta, aunque sería más tolerable que todo el mundo se rasgue las vestiduras porqué se cierren bares, restaurantes y la hostelería en general. La situación será reversible, con el tiempo recuperarán la economía. Lo que no es reversible son las vidas que a diario están cayendo por no mantener la distancia, por quitar y poner mascarilla, porqué no se utiliza la limpieza de mobiliario como se debiera hacer, porque no se utiliza o se dispone de gel en todos los establecimientos… La economía es muy importante sin duda y habrá mucha gente que sufrirá sus consecuencias derivadas de esta plaga, pero es recuperable. En mi ránking, está después de la salud.
Hemos hecho en España de la hostelería la mayor fuente de ingresos de nuestro país, hemos dejado a un lado (porqué nos iba bien el turismo) la industria, la ganadería, la agricultura, la investigación, la ciencia, el desarrollo y ahora vienen las consecuencias.
La administración debe «ayudar» sin trampas a los afectados, de la misma forma que se ayuda a los empresarios con los Ertes…La mayoría de quienes se dedican a la hostelería son emprendedores autónomos y han de ser ayudados en justicia. Esta, la hostelería, hace bien en su denuncia al sentirse discriminada ante otros sectores que como decimos han salido «beneficiados». Pero, insisto primero la salud.