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Publicado por
Luis Herrero Rubinat | Exdiputado provincial
León

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Aferrados como a un clavo ardiendo al 43%, los voceros gubernamentales en la provincia se muestran exultantes al valorar los Presupuestos del Estado para la León. Un 43% más de inversiones en la provincia respecto a los últimos de Rajoy, insisten. 72 millones de euros más; lo que cuesta construir unos ocho kilómetros de autovía o de línea de AVE. Se equivocan al entrar en esa dinámica comparativa pues, muy al contrario de su propósito, del contraste entre ambas previsiones presupuestarias, las de 2021 con las de 2018, se infiere que unas y otras están cortadas por el mismo patrón. Que en lo referido a León el presupuesto de Montero es un trasunto, un plagio, del presupuesto de Montoro. Son los mismos proyectos que se consignan, idénticos los olvidos, pareja la marginación. Es el mismo ninguneo que sufre nuestra provincia respecto a otros territorios de España. Más de lo mismo.

Podemos aceptar el mantra del 43% de incremento en las inversiones provinciales, pero con tantos matices, tanto en el contexto temporal como en el contenido material, que ese porcentaje queda reducido a un espejismo.

Primero hay que contextualizar ambos momentos. Así, los PGE de 2018 fueron los menos inversores en León de los últimos quince años, por lo que no parece ninguna proeza superarlos en una cantidad tan ínfima. Aquel presupuesto, además de por su cicatería con esta tierra, venía caracterizado por la exigencia europea de controlar el gasto para corregir el endeudamiento público. Ahora, en tiempos de pandemia, se ha pasado casi al extremo opuesto promoviendo cuentas expansivas, incluso con aportaciones de los propios organismos europeos. Para 2021 el presupuesto total de gasto en España se incrementa un 33,3% y los gastos no financieros aumentan un 41%. Nos encontramos con que la tarta a repartir es mucho mayor, por lo que comparar las porciones que nos asignan a los leoneses unas cuentas y otras, sin más, inducirá a conclusiones tergiversadas.

A pesar de este cambio hacia una política de gasto expansiva, el presupuesto para 2021, como el de 2018, relega a migajas la parte que corresponde a León. Cabe destacar que en ambos PGE el 60% de la inversión se destina al ferrocarril para obras que deberían haber concluido hace años. Que casi la totalidad de las partidas corresponden a proyectos que se vienen repitiendo en los diferentes PGE año tras año, en cadencia monocorde, porque los distintos gobiernos de los últimos 15 años han ralentizado las inversiones en esta tierra. Pueden desempolvarse los acuerdos del Consejo de Ministros celebrado en León en 2004 para comprobar la magnitud de los retrasos. Por ejemplo, la autovía a Valladolid tendría que haber estado concluida en 2009, pero al ritmo de las partidas que se destinan para este ejercicio no concluirá ni en 2049. Por eso cada año los gobiernos de turno se atribuyen las mismas consignaciones como si fueran un mérito propio, cuando en realidad reflejan el fiasco bochornoso, de todos ellos, que supone tanta demora insufrible en el ritmo de ejecución de las infraestructuras leonesas.

Se repiten las mismas inversiones y, otra analogía entre presupuestos, se repiten también las ausencias. Los ‘olvidos’, convertidos en clásicos. La omisión de partidas significativas para aspiraciones que, pese a estar comprometidas, León lleva décadas esperando: cierre de la ronda, palacio de Congresos, Parador, Teatro Emperador, A-60, A-76, Torneros, peajes… Por todo ello no se entiende las críticas a los PGE de 2021 por parte del PP, y menos por el mismo dirigente que se mostraba ufano con los de 2018, reprochando, precisamente, las mismas carencias de las que adolecían cada una de las cuentas aprobadas por los sucesivos gobiernos populares. La falta de sensibilidad hacia León es idéntica en ambas cuentas, lo único que cambia es el partido que las aprueba.

Tampoco se justifica que ahora sea el PSOE quien se muestre jubiloso. En abril de 2018, los socialistas calificaron los anteriores PGE como «desastrosos para León». Entonces afearon al PP con las últimas cuentas de Zapatero que consignaban para la provincia 705 millones de euros. 705 millones. Ese era el espejo en el que se reflejaban desde la oposición, en tiempos de recortes y del «austericidio». Ahora, ya en el Gobierno, con unos presupuestos expansivos, contemplan para la provincia 227 millones de euros. Solo 227 millones, muy lejos de aquellos 705. Estos presupuestos recortan en casi 500 millones de euros las inversiones en León respecto a las últimas cuentas socialistas. Por el camino se han perdido más de dos de cada tres euros.

Los PGE para la provincia, sí que tienen dos consecuencias destacadas: relegar la mesa de León a una floritura inútil y convertir en papel mojado el documento suscrito para la gobernabilidad de la diputación.

Aunque algunos palmeros inopinados se afanen en edulcorar los presupuestos de 2021, estos, al igual que los de 2018, son cicateros en extremo con la provincia. Los números siguen siendo los mismos. Y, por ende, estos PGE también son «desastrosos para León».