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Publicado por
Jorge Gutiérrez Fernández, anestesista y experto en dolor
León

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Es conocido por todos el empleo cada vez mas frecuente de la ecografía por parte de los profesionales de la fisioterapia.

Recientemente me llegó el caso de una mujer de 58 años, que se cayó mientras hacia deporte. Acudió a su fisioterapeuta de confianza, y éste decidió hacerla una ecografía del hombro para valorar el daño. Le dijo que parecía que había una lesión en el tendón supraespinoso, pero que para una mejor valoración debería ir a un radiólogo que él conocía, para «afinar» el diagnóstico, esta prueba le costaría 70 euros.

Cuando la paciente acudió a mí, la expliqué que la valoración de un hombro dañado, requiere de una exploración física apropiada por parte de un profesional médico (un médico de familia, un médico rehabilitador, un traumatólogo), luego, en función de lo observado, éste decidirá si el paciente requiere de alguna prueba de imagen o no (aunque cueste creerlo, algunas lesiones mejoran sin hacer nada o con unos simples consejos).

Si el médico lo estima conveniente, puede optar por derivar el caso a un especialista o pedir una prueba de imagen, con el objetivo de afinar el diagnóstico y/o descubrir una lesión que requiera de cirugía para ser reparada. En este caso la ecografía no sería la mejor opción, puesto que las lesiones de hombro de cierta gravedad demandan, hoy en día, de una Resonancia Nuclear Magnética para un diagnostico correcto, por tanto la práctica de una ecografía, está de más.

La medicina actual ha avanzado tanto que, existen médicos especializados en el diagnóstico por imagen, los radiólogos. Esta profesión requiere un alto grado de especialización, que se adquiere con cuatro años de formación y la experiencia después de terminada la formación MIR, en el mejor de los casos estamos hablando de seis años de medicina y cuatro más de especialización para empezar a ejercer. La medicina de hoy se ejerce con un exceso de presión y responsabilidad. Los errores se pagan muy caros desde un punto de vista económico y psicológico, lo sabemos muy bien los que llevamos años ejerciendo.

Pero, tengamos a mano un ecógrafo o no, debemos ser conscientes de que antes debemos ser valorados desde el punto de vista clínico por alguien con conocimientos de Medicina.

Hoy en día no es infrecuente observar como el paciente es visto en primer lugar por un fisioterapeuta que «armado» con un ecógrafo nuevo y grande y con muchas luces de colores, diagnostica una «lesión» de un tendón y se lo remite a un traumatólogo que, tras la oportuna exploración clínica le dice al paciente que no tiene nada roto y que no necesita ninguna ecografía para valorarle, el paciente se siente confundido y en ocasiones la emprende con el traumatólogo; «como puede usted saberlo, ¡¡el fisio me ha hecho una ecografía y usted no!!», esto es un grave error de concepto y no debe seguir ocurriendo.

Nada tengo que objetar sobre el empleo de la ecografía por parte de los fisioterapeutas para valorar determinadas lesiones del aparato osteomuscular y su evolución, pero no para otro tipo de diagnósticos mas complejos, que siempre requieren de la presencia de un médico.

Espero que nadie se enfade por este escrito, simplemente cada uno debe de estar en su sitio. En todo caso, solo estoy expresando mi opinión y no me gustaría que se me interpretara mal.