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Publicado por
León

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ON muchas las buenas gentes, votantes del PP, que se hacen esta pregunta en los presentes días en los que retorna la crispación a la vida nacional. Pero ¿qué le pasa al Gobierno, que está consiguiendo echarse a todo el mundo encima? ¿Qué le pasa a Aznar, un buen gobernante, según todos los sondeos, que está batiendo sus récords de lejanía respecto de los ciudadanos? No es buena cosa enfrentarse con los sindicatos, ni con los parados andaluces -o de cualquier otro punto de España-, ni con los inmigrantes, aunque sean ilegales. Ni siquiera es bueno enfrentarse, según cómo se haga, a la oposición. Pero, sobre todo, es malo, especialmente para un Gobierno tan pío como éste, enfrentarse con la Iglesia. Ahora, el encontronazo, serio, con la Conferencia Episcopal a cuenta de la famosa pastoral de los obispos vascos contra la ley de Partidos Políticos, va a tener un segundo capítulo. Desde la sede del Episcopado ya nos han hecho saber que los monseñores preparan un texto durísimo contra la reforma que pretende el Ejecutivo en materia de inmigración. Y es probable que a los pastores de almas se les pueda achacar que qué diablos tienen ellos que intervenir en las bondades de una ley sobre partidos políticos; pero a ver quién les tose cuando hablan de caridad, de justicia social y de respeto a los derechos humanos. Para colmo, viene la ONU y lanza un informe como un misil contra el maltrato a niños inmigrantes en zonas de España. Qué más quieren los prelados, irritadísimos, dicen, ante los ataques que han recibido desde las almenas de Aznar y de varios de sus ministros, como Piqué y Acebes. Hablando de inmigrantes, hay quien asegura que algunas organizaciones de extranjeros en España están preparando algún tipo de manifestación o protesta que, por cierto, coincidiría, casualidad, con las que se preparan en torno a los días 20 y 21. En Sevilla. Con los antiglobalización, con los sindicatos europeos y nacionales muy enfadados con el Gobierno de José María Aznar. Todos juntos, y quizá revueltos, en la expresión del rechazo a una manera de ejercer el poder. Con una huelga general que se nos echa encima, con unos ministros que se muestran resignados al éxito del paro general, parece poco conveniente decir, como dijo el presidente, que «este partido lo vamos a ganar» -y no se refería al del conjunto español contra Paraguay en el marco del Mundial de fútbol, precisamente-. Los sindicatos, la oposición, se lo han tomado como un desafío. No mucho mejor se pusieron las cosas cuando, ayer, el presidente, apoyando la candidatura de Adolfo Suárez Jr. en Toledo frente a Bono -gran discurso el de Suárez, por cierto-, acusó al PSOE de llevar al país «a una situación límite». Lo que quieren, dijo Aznar, es «jorobar» y «hacer daño».

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