Fútbol y huelga

MÉNDEZ y Fidalgo ajustaron su huelga general con la cumbre de la Unión Europea en Sevilla, pero no sé si se dieron cuenta de que había un mundial de fútbol. Un día antes de la reunión política, el 21 de junio, en la que ya se sabe que por reciente costumbre siempre hay cierto tomate antiglobalización, será el paro sindical y el cristo callejero. Uno siempre piensa que el Gobierno se podía haber evitado esta huelga e incluso que con las ultimas torpezas parece alentarla, pero no sabe si los sindicatos han caído en lo del mundial futbolero y en la posibilidad que antes podía parecer quimérica de que por una vez en la historia la selección hiciera algo memorable. Porque fíjense ustedes si ahora resulta que volvemos a lo del «opio futbolístico del pueblo», que se decía cuando la dictadura, y la selección se convierte en el peor enemigo de la huelga. Que pudiera ser a nada que ganen el partido de octavos y se metan en cuartos, con lo que les tocara jugar el 21 o el 22. Si los de Camacho, que ya no son los de CC.OO, sino las tropas de Raúl, pierden en octavos, no pasa nada. La depresión normal y repetida. Pero si ganan, alguno se tirara de los pelos. Porque, primera hipótesis, se había puesto la huelga para ese día y sale el paro sólito sin echarle ni un piquete informativo al asunto. Lo único es que habría que dejar que abrieran los bares. Pero ya digo, no cae ese día. Y segunda hipótesis, es favorable al Gobierno. Supongamos que juegan y el partido es en plena cumbre. Si ganan ese partido, ya puede haber sido la huelga el éxito sindical del siglo que esa tarde estamos en semifinales y andan gritando «¡España, España!» hasta en el pozo de La Camocha. Ya sé que la cosa no debiera ser así y que está la conciencia de clase y otros adverbios. Pero no hay más que andar por las calles para saber cómo anda de ideología el proletariado y en qué ha quedado la sacrosanta voz del pueblo. Yo sólo recuerdo que la manifestación más grande en Sevilla fue para protestar de que el equipo lo bajaban por deudas a segunda división. Pues eso.