Diario de León
Publicado por
Camino Gallego
León

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ERAN varios los edificios de este tipo en el León de los años cincuenta. A mediados del siglo pasado podías admirar la magnificencia de un par de chalets en La Condesa, aunque sus muros y los árboles impedían ser contemplados desde la calle, especialmente desde mi altura infantil. Pero sí podía ver en su magnitud el chalet de Ordoño II, edificado donde actualmente se encuentra el Ayuntamiento. Ese chalet, al lado de cuyas verjas se colocaba la caseta para la Fiesta de la Banderita, fue abierto al público en los años sesenta por la Caja de Ahorros y entonces pudimos conocerlo en su auténtica dimensión, por dentro y con sus jardines, ya que allí se celebraban exposiciones de pintura y otros actos sociales. Casi enfrente, haciendo esquina con el pasaje del cine Mari, había otro chalé, no tan elegante, pero sí con encanto, especialmente por su tejado pendiente. Había también otros dos edificios emblemáticos en la calle Padre Isla. Uno, casi frente a la actual iglesia (que en los años cincuenta estaba al final de la calle Renueva) pertenecía a los Ceremonias y es ahora sede de servicios municipales. Este chalé tiene para mí un encanto especial, porque en lo que hoy llamamos bajo cubierta vivió mi padre, mi madre y mi hermano, recién llegados a León y he escuchado muchas veces a mi madre contar cómo una sirvienta subía con demasiada frecuencia para decirle que impidiera correr al niño «porque le produce dolor de cabeza a la señorita». El otro chalé que todavía se mantiene milagrosamente en pie en el número 32 de Padre Isla es el de los Fierro, que se utilizó públicamente como sede política en los primeros tiempos de la democracia y luego cayó en el olvido, deteriorándose con grave peligro para los peatones, como denuncié desde esta misma columna. Ahora la restauración parece asegurada, por cuanto permitirá al Ayuntamiento su permuta por la actual sede de la Cámara de Comercio, que utilizará para oficinas municipales. Parece que al Ayuntamiento le gustan los viejos chalés y ya va por el segundo.

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