Diario de León
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EL presidente Bush ha anunciado una cacería a gran escala, o sea, una caza mayor, de los miembros de Al Qaeda en Estados Unidos. El problema no es poner la bala donde hayan puesto el ojo, sino identificar las piezas. Hay demasiados sospechosos: algunos por tener la tez morena y otros porque al tener la cabeza gorda puede pensarse que llevan el turbante por dentro. Son cerca de 40.000 los hispanos que eran católicos y un buen día se les apareció Alá y se convirtieron al islamismo, cuya liturgia les parece más sugestiva y cuyos oficiantes les parecen menos proclives a disfrazarse de vicetiples en sus días libres. El caso es que la atracción por la religión mahometana es creciente y proliferan las mezquitas. La gran mayoría de los conversos son inmigrantes pobres que encuentran consuelo en los alminares, junto al mármol redondo de las columnas. ¿Cómo identificar entre tanta gente a los malvados terroristas de Al Qaeda? No va a ser fácil darle a la caza alcance. De momento, han cazado a uno. La CIA y el FBI están ansiosos por paliar sus fracasos. El pueblo americano está convencido de que sus servicios de inteligencia padecen un cierto retraso mental y de ahí el interés en no demorar las jornadas de caza. Un tal Pepe Padilla, hijo de puertorriqueños, que ahora se llama Abdullah Muhajir, ex presidiario, ha sido acusado de ser un compinche de Bin Laden. Dicen que pretendía hacer estallar un artefacto cargado con material radiactivo en Washington. Desde el ataque contra el World Center, los Estados Unidos están hidrópicos de venganza, cosa que no puede extrañar a nadie que se haya interesado por la urdimbre de la naturaleza humana, pero, como dijo un poeta yanqui, «quien habla siempre del enemigo: ese es el enemigo». Indudablemente, hay «infiltrados» de Al Qaeda, pero tampoco ofrece dudas de que esa condición no atañe a todos los islámicos. Bush no engaña a nadie. «Una gran caza del hombre está en marcha», ha dicho. Las organizaciones defensoras de derechos humanos protestan. Deben tener cuidado. Pueden cazarles también.

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