Cerrar
León

Creado:

Actualizado:

EL encanto de la noche de San Juan comenzaba varios días antes y se prolongaba durante toda la madrugada con fuego, chocolate y danzas. Los niños de los barrios se alborotaban en carreras en busca de los mejores para encender la hoguera. Y Vista Alegre, la calle más populosa de infantes y jóvenes en aquellos años en Armunia, jugaba con ventaja para apilar la ilusión y fundirla en fuego. Las hogueras ya no se encienden con esa mecha de solidaridad y encanto. La gente se echa a la calle a ver y a disfrutar del buen tiempo, si lo hace. Pero no a enceder la fiesta con su propia danza, la imaginación y los lazos tribales que han traido hasta el siglo XXI las fiestas solsticiales. Somos consumidores de fiesta; no creadores. El encendedor oficial del Ayuntamiento de León tiene poco que ver con aquellos vertiginosos saltos al solsticio de verano en medio de una pradera destinada a futuras edificaciones de media altura. Todo se contrata: desde los fuegos de artificio hasta el último metro cuadrado del Paseo de Papalaguinda. Pero la ilusión y el alborozo no responden a estas formalidades, El Ayuntamiento apenas tiene nexos de unión con los ciudadanos más allá de los mostradores de Ordoño y los recibos de los impuestos (las inauguraciones son para los contratistas y la foto), ni le interesa lanzarlos al vuelo, por si acaso; o porque son más cómodas y asépticas las hogueras automáticas. Se acabó la huelga _-reconocida, al fin, por el Gobierno-_ y comienza la fiesta, los fuegos de artificio, la tapa y la verbena a lo cubano. Estrellas invitadas para todos los gustos y polémica a disgusto porque el Ayuntamiento arrienda las fiestas a especialistas de la farándula (no es extraño que los funcionarios no se sientan víctimas propiciatorias del decretazo) y multiplica el derroche, mientras anuncia el desalojo de Es.pabila de las Escuelas del Cid. Como era previsible, no ha buscado una solución para albergar a uno de los pocos núcleos de actividad cultural para ciudadanos de a pie. que hay en el centro de la ciudad.