EN EL FILO
Listas contra ETA
ARA ser alcalde de Madrid, al PP y al PSOE les sobran aspirantes; para llenar las listas electorales en muchos municipios del País Vasco, les faltan héroes. Ante esa situación, ha llegado a hablarse de la posibilidad de que se suspendan hasta tiempos mejores las elecciones municipales en una región donde muchos candidatos no nacionalistas deben hacer acopio de heroísmo para servir a sus conciudadanos. Afortunadamente se ha rechazado esa medida, que hubiera supuesto una victoria territorial de ETA, cuando esa banda lleva desde hace un tiempo de derrota en derrota, por mucho poder intimidante que conserve. Renunciar a la celebración de unas elecciones por miedo a la variada gama del terrorismo etarra significaría que ETA las había ganado. Y frente a esa banda no puede ceder la democracia ni un milímetro. De ahí que se acaricie la idea de que el PP y PSOE presenten listas conjuntas donde por sí solos no lograrían formarlas. Javier Arenas reiteró ayer a los socialistas la disposición de su partido a presentar listas conjuntas «a fin de que el terror no saque ventaja». A los socialistas vascos, sin embargo, les gustaría que en las localidades de extremado hostigamiento filoetarra a los no nacionalistas presentasen listas conjuntas todas las fuerzas democráticas, incluído obviamente el PNV, a lo que el PP se opone, pues Arenas considera que la alternativa conjunta de populares y socialistas estaría «vinculada a la libertad y a la Constitución», sugiriendo que al PNV la Constitución no le agrada. No es nuevo que el nacionalismo en su versión violenta y no violenta sufra conjuntamente un ataque de contrariedad. En ese sentido todo lo que ocurre en el País Vasco es previsible. Puede ser disparatado. O sea, de difícil encaje en las hormas de la razón, pero dolorosamente previsible. La contabilidad creativa de la política vasca va a quedar seriamente alterada por la reciente publicación en el BOE de un instrumento legal a disposición de los jueces para sacar del terreno de juego a Batasuna. No por sus ideas sino por sus acciones de apoyo y colaboración respecto a una banda terrorista. Lo importante en una situación como la planteada por el terrorismo en el País Vasco sería que, a nivel municipal, la democracia pudiera expresarse con la mayor homogeneidad, dejando las matizaciones ideológicas para otros peldaños de la vida pública, como las elecciones generales y los parlamentos. La participación del PNV en el esfuerzo no nacionalista por presentarse en el mayor número de localidades no debiera ser desdeñada, pues nada irrita y debilita más a ETA que la unidad democrática, aunque esa unidad se redujese en esta ocasión a un puñadito de listas electorales.