el balcÓn DEL pueblo
Relevo tranquilo
EL Festival do Mundo Celta de Ortigueira no reunirá a tantos gaiteiros como Fraga en sus tomas de posesión, pero sí a los mejores. Ayer comenzó la 18 edición. La anterior temporada fue un éxito espectacular: 60.000 asistentes desafiaron durante tres días a la lluvia. Este año será igual: el hombre del tiempo anuncia la entrada de un frente polar que afectará al noroeste y, por ende, a A Coruña. Estaba más caliente la Asamblea General de Caja España para renovar a la mitad de sus órganos de decisión, celebrada ayer, en un clima de sosiego y placidez. Fue la última Asamblea presidida por Marcial Manzano, que llegó a la buhardilla de Botines con vitola de permanencia y acabó como una bayeta escurrida entre las manos de Isabel Carrasco. La consejera de Economía y Hacienda se ha fajado en el proceso de renovación como una tigresa, exhibiendo todo su poder e influencia. Un miembro de la Asamblea con quien debía compartir ayer mesa y mantel me dejó plantado porque Isabel Carrasco le citó para media hora después. No escribiré su nombre ante el riesgo seguro de que lo proscriba in eternis. Isabel Carrasco se jugaba mucho en este envite. Una derrota habría anticipado su más que previsible adiós del próximo año. El proceso tiene sombras, pero no se alargaron ayer en el salón de actos. La investigación interna las ha proyectado sobre el subdirector general de la Caja, José Martínez Escanciano, pero queda abierta la más sosegada, la más contundente y la que todas las partes deberán aceptar: la judicial. La Asamblea General, digo, fue una balsa de aceite. El PSOE había dado la consigna: que no se monte una sola bronca y que, a ser posible, sea corta. Y así fue. Los socialistas comprobaron muy pronto que estaban derrotados. Pidieron votación secreta en el pirmer acto para el Consejo de Administración y el recuento fue clarificador. El PP, con las soldaduras de leonesistas y del sindicato Cesica, no tenían ni una grieta. Es decir: no se escapaba un voto ni ordenándolo el sursum corda. El recuento cifró en 16 la diferencia. Demasiada. Con ese anticipo, todas las demás votaciones se hicieron a mano alzada. Y no se movió el marcador: el tripartito azul ganó siempre por 16 votos al lazo rojo. Con el resultado de ayer de la Asamblea General de Caja España, Juan Manuel Nieto Nafría asciende a la Presidencia. No creo que exista hoy un hombre más feliz en Castilla y León que Nieto Nafría. Está tan identificado con la púrpura que hasta le costará dios y ayuda dejarla dentro de 14 meses por imperativo legal. ¿Y cómo queda el consejo de administración tras la Asamblea General?. Anoten: el trío conservador, 11 consejeros; el progresista, 6. Es la cera que arde. Que empiecen a sonar las gaitas en Ortigueira.