Consideraciones sobre el museo de Alija Consideraciones sobre el museo de Alija

Muchas gracias por haber insertado parte de los conceptos que en su momento y en derecho de réplica opiné sobre el señor Martín Martínez. En el día de hoy, el citado Martín Martínez, reitera mismo espacio en el querido diario que usted tan bien dirige, y habla en esta ocasión de ajos. Martín Martínez, en su Museo Nolete, dijo lo que dijo y lo escribió. Ahora resulta que ya ni conoce esta localidad del sur leonés. Habla también ahora, de que los que hemos nacido más allá de Piedrafita, es decir, de los que somos gallegos, de los que nos honramos de una cultura propia, de un idioma propio, de una generosidad propia, y... que le acuso de no haber visitado el centro museo que me honro en dirigir. Es decir, primero relata «hasta la llantra» y ahora no sabe nada. Señor director, permítame que le reitere, que los hombres con sus ideas pueden ocasionar que las sociedades sean grandes y haya tolerancia, respeto, libertad... o que generen estados donde la injusticia, incultura, in... se reproduzca. El poder del pueblo, es decir, el populismo nunca fue bueno ni lo será. El poder de los ciudadanos, es decir, de la gente libre, si es bueno. Es una diferencia clara, que Martín Martínez debería de respetar. He hecho un contrato con el Ayuntamiento de Alija del Infantado. No voy a valorara si para exponer las colecciones de cultura popular que durante 25 años he ido reuniendo con mi sudor, tiempo, dinero, etcétera, ha sido acertado o no. Pero si es nítido que hay un contrato. Que gente como Martín Martínez ha firmado, haciendo un gran negocio,ya que al cabo de 15 años todo sería propiedad de Alija, y durante ese tiempo un servidor hace de guía gratis, paga su cama, su comida, al guía que le ayuda, etcátera. Que en dicho contrato la localidad de Alija, muy querida para mi ya, cede la Plaza Mayor, para realce de la cultura de nuestros, para mi, ancestros y su ingenio. Todo esto, señor director no es así.Estamos sin permiso alguno de una casa que no es ni de propiedad municipal. Estamos sin permiso alguno de museo. Estamos sin seguro alguno ni de accidentes ni de seguridad. Estamos, señor director, viviendo en unas condiciones totalmente vejatorias, como usted podrá comprobar cuando lo desee. Y sin embargo, señor director, estamos con nuestro humilde proyecto. Y también tenemos «piedras de la gran cultura romana... católica, apostólica, romana», que nada debe de tener con el Nazareno. No le quiero molestar más. Ni quiero tampoco que el Diario de León, que hasta ahora me honra ser un fiel lector, dé más importancia a un asunto tan obvio por mi parte. No deseo conocer al Sr. Martín Martínez. Ha dicho lo que ha dicho, y ahora que le perdone la confesión. Yo no. De todas formas, Sr. Director, lo que quiera o no, Ud. con su medio, hace historia. Y los motivos pro los que halla que las colecciones que forman el Museo Etnográfico que lleva mi humilde nombre, vayan o sean valoradas por otras culturas, algo tendrán que decir los responsables y sus adláteres que intentan subyugar a un ser humano. Reciba, como siempre, un cordial saludo. Benigno Eiriz (Alija del Infantado). Muchas gracias por haber insertado parte de los conceptos que en su momento y en derecho de réplica opiné sobre el señor Martín Martínez. En el día de hoy, el citado Martín Martínez, reitera mismo espacio en el querido diario que usted tan bien dirige, y habla en esta ocasión de ajos. Martín Martínez, en su Museo Nolete, dijo lo que dijo y lo escribió. Ahora resulta que ya ni conoce esta localidad del sur leonés. Habla también ahora, de que los que hemos nacido más allá de Piedrafita, es decir, de los que somos gallegos, de los que nos honramos de una cultura propia, de un idioma propio, de una generosidad propia, y... que le acuso de no haber visitado el centro museo que me honro en dirigir. Es decir, primero relata «hasta la llantra» y ahora no sabe nada. Señor director, permítame que le reitere, que los hombres con sus ideas pueden ocasionar que las sociedades sean grandes y haya tolerancia, respeto, libertad... o que generen estados donde la injusticia, incultura, in... se reproduzca. El poder del pueblo, es decir, el populismo nunca fue bueno ni lo será. El poder de los ciudadanos, es decir, de la gente libre, si es bueno. Es una diferencia clara, que Martín Martínez debería de respetar. He hecho un contrato con el Ayuntamiento de Alija del Infantado. No voy a valorara si para exponer las colecciones de cultura popular que durante 25 años he ido reuniendo con mi sudor, tiempo, dinero, etcétera, ha sido acertado o no. Pero si es nítido que hay un contrato. Que gente como Martín Martínez ha firmado, haciendo un gran negocio,ya que al cabo de 15 años todo sería propiedad de Alija, y durante ese tiempo un servidor hace de guía gratis, paga su cama, su comida, al guía que le ayuda, etcátera. Que en dicho contrato la localidad de Alija, muy querida para mi ya, cede la Plaza Mayor, para realce de la cultura de nuestros, para mi, ancestros y su ingenio. Todo esto, señor director no es así.Estamos sin permiso alguno de una casa que no es ni de propiedad municipal. Estamos sin permiso alguno de museo. Estamos sin seguro alguno ni de accidentes ni de seguridad. Estamos, señor director, viviendo en unas condiciones totalmente vejatorias, como usted podrá comprobar cuando lo desee. Y sin embargo, señor director, estamos con nuestro humilde proyecto. Y también tenemos «piedras de la gran cultura romana... católica, apostólica, romana», que nada debe de tener con el Nazareno. No le quiero molestar más. Ni quiero tampoco que el Diario de León, que hasta ahora me honra ser un fiel lector, dé más importancia a un asunto tan obvio por mi parte. No deseo conocer al Sr. Martín Martínez. Ha dicho lo que ha dicho, y ahora que le perdone la confesión. Yo no. De todas formas, Sr. Director, lo que quiera o no, Ud. con su medio, hace historia. Y los motivos pro los que halla que las colecciones que forman el Museo Etnográfico que lleva mi humilde nombre, vayan o sean valoradas por otras culturas, algo tendrán que decir los responsables y sus adláteres que intentan subyugar a un ser humano. Reciba, como siempre, un cordial saludo. Benigno Eiriz (Alija del Infantado).