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Autodeterminación, un debate abierto

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LA reciente caza de brujas desatada contra Conceyu Xoven a raíz de su apoyo a la llamada Declaración de Mallorca, un texto sobre el derecho de los pueblos a su autodeterminación, pone de manifiesto uno de los más graves problemas de este País Leonés: la ignorancia. Consideraremos ignorancia por no hablar de mala fe al hecho de que tanto PP como el PSOE, que han criticado duramente el manifiesto, están pactando o han pactado anteriormente con el resto de partidos cuyas juventudes también suscribieron dicha declaración de Mallorca, partidos claramente nacionalistas e independistas, veamos: el PP están pactando con Coalición canaria y apoya al gobierno de CiU, ambos se definen en sus estatutos como nacionalistas, en la anterior legislatura PP pactó con el Partido Andalucista, Partido Aragonés y Unión Mallorquina, todos ellos también nacionalistas, actualmente estos tres partidos están pactando con el PSOE, sin que hayan dejado de ser nacionalistas, a estos habremos de añadir el Partit Socialista Mallorquín, también nacionalista. Más fraternal ha sido la vinculación del PSOE con Esquerra Republicana de Catalunya, con quienes han ido en una coalición al senado: la Entesa Catalana de Progrés, ERC siempre se han definido como independentista y el PSOE de León nunca ha clamado al cielo ante este pacto. Otro tanto podemos hablar del pacto PSOE con BNG en Galicia partido este último del que probablemente casi todos sean capaces de deducir su ideología a través de sus siglas. Todo esto configura un panorama bastante triste para estos partidos y hace que la polémica suscitada acerca de la postura Conceyu Xoven no pase de ser, tal como lo calificó un acertado columnista, un mero sainete veraniego. El segundo aspecto de esta ignorancia se asienta en que los políticos leoneses desconocen por completo las reivindicaciones de los partidos nacionalistas y regionalista sen el resto del estado, todos ellos piden más nivel de autogobierno para sus respectivas autonomías sin que a nadie le parezca algo descabellado ni que atente contra la «Sacrosanta Unidad de España». El revuelo armado en León es lógico dado el distinto nivel de desarrollo político que padecemos con respecto al resto del estad, mientras que todos han accedido a la autonomía y están solicitando mayores cotas de autogobierno nosotros todavía no hemos dado ese primer paso hacia una autonomía propia. Quizá Conceyu Xoven va varios pasos por delante de los políticos leoneses y por eso les ha dado la impresión de haberse pasado tres pueblos. Esta ignorancia de la realidad política del resto del estado no debe impedir que estos partidos puedan tener la mente mínimamente abierta para aceptar cualquier posibilidad dentro del debate político, una de estas posibilidades es la autodeterminación, palabra lo suficientemente ambigua para no identificarse necesariamente con independencia y más en un contexto europeo en el que la soberanía de los pueblos, las naciones y las regiones se ve delegada en las instituciones europeas. El debate sobre el autogobierno de los leoneses es cada vez más necesario, durante la constitución de los entes autonómicos el debate fue vivo, constructivo y leal entre todas las opciones posibles, el asentamiento posterior de la autonomía con sede en Valladolid ha significado la imposición de un pensamiento único en cuanto a nuestras alternativas autonómicas, pensamiento que no se corresponde con el sentimiento popular. Las decepciones constantes que los leoneses sufren en esta autonomía hace que ese debate, lejos de acallar bajo los millones de euros invertidos por la Junta en crear inútilmente un sentimiento de región, sea cada vez más vivo entre los leoneses. De mala fe hemos de acusar a quienes han pretendido identificar la petición de autogobierno con la defensa de violencia o del radicalismo. El autogobierno, para los partidos regionalistas y nacionalistas democráticos, pasa siempre por la realización de un referéndum, eso no tiene nada de radical ni de violento, es la única forma de conocer la voluntad de los ciudadanos, en países como Canadá, Reino Unido o la antigua Checoslovaquia han celebrado refrendos para delimitar su estructura territorial con la más absoluta normalidad. Países que se niegan a atender la voluntad de los ciudadanos viven en la violencia y la guerra como Israel con Palestina, India con Cachemira o Rusia con Chechenia. La realización de un referéndum para decidir el modelo territorial preferido por los ciudadanos siempre será el más elevado ejercicio de democracia, los nacionalistas democráticos y los estados tolerantes han aceptado el resultado de las urnas ya sea favorable o la modificación del marco territorial como en Chequia o Eslovaquia o en Gran Bretaña o bien desfavorable a modificarlo como en Quebec con Canadá o la regionalización de Portugal. Los leonesistas aceptarán democráticamente el marco autonómico que resulte de una consulta directa realizada a los ciudadanos, pero sin embargo ven imposible aceptar una autonomía decidida por unos políticos cuyos propios votantes, a pesar de haberlos elegido, consideran poco o nada representativos de sus verdaderas aspiraciones.

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