TRIBUNA
La nación de los españoles y el reino de Mohamed VI
PARECE ser -según encuestas oficiales del Gobierno, publicadas- que el 85% de los españoles son partidarios de que españa adopte una postura de firmeza contra el Reino de Marruecos, ante las constantes provocaciones a nuestra Patria y Estado por parte del gobierno, del rey y de sectores duros del pueblo marroquí. Creo sinceramente que es un porcentaje bastante bueno, aunque mejorable (me extraña que no coincidamos en esto más del noventa o noventa y cinco por ciento de todos los españoles: habrá que revisar la enseñanza que se está dando en las escuelas de España a los niños y niñas, desde la más tierna infancia, respecto de España por parte del actual régimen) y desde luego estimo que suficiente para plantar cara con firmeza al Estado dictatorial y antidemocrático de Mohamed VI. Hay un dato histórico que España debería empezar a manejar, y es el de que Hispania ya existía como unidad conceptual y territorial desde mucho antes de la llegada de los árabes-musulmanes a las costas de África del norte y del Atlántico. Al menos desde el año 206 antes de cristo se sabe que existe Hispania. Hispania era provincia de Roma y a partir del final de las guerras cántabras, en el año 19, Hispania es ya una provincia pacificada del imperio. Seguramente, más dudosa que la españolidad de Ceuta y de Melilla (y otras tierras del Norte de África, que nunca han sido marroquíes) sería en todo caso la existencia de un pretendido Estado árabe marroquí, de creación muy reciente, en tierras de Beréberes, al Norte de África y cerca del Estrecho. Pero a lo que quiero ir es a un dato histórico que subdivido en dos partes: -La primera, dice que muchos estados tienen sus tierras separadas por mares, ríos, y/o masa de agua en general, y a veces por otros estados, como es por ejemplo el caso de los Estados Unidos con respecto de Alaska, separada por Canadá respecto del núcleo de USA, y a nadie se le ocurre negar su derecho a la integridad territorial de USA. O como ocurre, por ejemplo también con Turquía. España es una nación política, no una Nación continental europea, como pretendiera Mohamed VI. España es una nación soberana de población y territorio en Europa continental, tierras en África continental, tierras en el Océano Atlántico, tierras en el mar Cantábrico y tierras en el mar Mediterráneo, y la soberanía nacional española del Pueblo no puede ni debe tolerar que una potencia o nación o estado extranjero ponga en cuestión, en tela de juicio, de forma sistemática y permanente, y con mala fe, su real existencia e integridad totales. Es muy grave, y la patria de los españoles, junto con la UE y la Otan a la que pertenece España, deberán dar una respuesta muy seria y firme, a todos los niveles, a este jovenzuelo deslenguado que reina con dictadura en Marruecos, y a todos sus acólitos. -La segunda se refiere a un dato histórico desconocido por el común del pueblo español, pero de suma importancia: a finales del sigloII -año 293 aproximadamente, con Diocleciano (286-293)- Roma se reorganiza administrativa y crea la Prefectura Gala con los territorios de lo que hoy son Francia, España y Portugal, y Roma procedió con esta reorganización a formar una unidad con mayor nivel, a elevar a Diócesis del Imperio a la Diócesis de Hispania, hasta entonces Provincia, dependiente o adscrita a la Prefectura Gala. Se creó, en ese año de 293, la Diócesis de Hispania, que incluía, además de toda la Península Ibérica, las Islas Baleares en el Mediterráneo y... la Mauritania Tingitana, al norte y occidente de África. La Diócesis de Hispania pervivió y estuvo subdividida en seis o siete provincias, hasta al final del Imperio Romano. Así que hispanas eran las tierras del norte de África (mucho más territorio, por cierto, que los escuálidos actuales de Ceuta y de Melilla de hoy en día) al menos desde los años finales del siglo III de Cristo. Por eso extrañó y sorprendió mucho aquella entrega realmente irresponsable del año 1975 del Sahara español a Marruecos, de forma sorpresiva y extraña, con el yefe del Estado enfermo en la cama, pero consciente y sin su firma, al parecer. No es suficiente con el triste episodio ocurrido en julio en la isla de Perejil, y cualquier debilidad con Marruecos se está demostrando que envalentona al monarca dictatorial de aquellas tierras, que pretende poner en jaque a España cada poco, máxime si sospecha que pudiera tener buenos aliados y comparsas desde dentro de la propia España, hasta que el pueblo español decida decir basta, de una vez, a esta situación.