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Publicado por
León

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AHÍ tenéis al Partido Socialista: ha decidido abrir el proceso de primarias para proclamar a Zapatero candidato a la Presidencia del Gobierno. Y digo proclamar, no elegir, que es lo que se hace en unas elecciones, porque don José Luis no se enfrentará a nadie. Será candidato único. Ni siquiera José Bono querrá volver a medirse con él. Es bastante probable, por tanto, que consiga una holgada victoria. Incluso del cien por cien. Obtener más de ese porcentaje no es imposible, pero resultaría sospechoso. La otra ventaja de la candidatura única es que no hay que gastar casi nada en propaganda electoral. Así serán las primarias menos arriesgadas y más baratas de la historia. Adelanto, por ello, mi cordial felicitación al anunciado ganador. Lo que sorprende es que los socialistas quieran revitalizar las primarias después de que Borrell les haya dado aquel susto. Muchos pensábamos que dejarían morir el invento, escaldados por tanto disgusto. Pero no. Zapatero está en la gloria, ha pacificado el partido, le sonríen las encuestas, quiere mantener el protagonismo y, sobre todo, quiere ridiculizar al PP. El argumento está muy dicho: mientras en el PP esperan que se pronuncie el padre de la novia, en el PSOE someten a su candidato al veredicto de las bases. Lo dijo algún Pepe Blanco: en la derecha, uno decide por todos; en el PSOE, todos eligen a uno. Será la canción que tendremos que escuchar durante todo un año, hasta que el señor Aznar revele el misterio de la esfinge. Como táctica de incordio, no está mal. Como técnica de captación de voto, no estoy tan seguro. En el momento de acudir a las urnas, el ciudadano no va a recordar cómo fue proclamado Zapatero. Recordará si le ha ofrecido una rebaja de impuestos. Quiero decir que, además de tácticas, los socialistas tendrán que presentar ofertas claras de gobierno. Es lo menos que se puede pedir al aspirante.

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