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Publicado por
León

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Desde el año 1924 el credo oficial de Arabia Saudí es el wahhabí, movimiento islámico fundamentalista. Explica esta versión del Islam, que lo que proviene posterior a los tiempos de Mahoma, que se añade como adaptación a los nuevos tiempos o nuevas culturas no es una innovación, sino que corrompe el islam, por lo que incide en volver a la pureza de los mensajes del Corán. Su participación en otras corrientes del islam ha sido para purificar las influencias no islámicas, por lo que ha tenido incidencia en la evolución de muchas corrientes religiosas musulmanas de diversas ramas islámicas, desarrollando los sectores más integristas de cada una de ellas. Influyen directamente en los sunitas. El fundamentalismo forma parte de la esencia histórica de Arabia Saudí, pero ve peligrar su fuerza con el uso de la violencia y prefiere aplicar la influencia en los países occidentales con sus propias armas: el dinero. Una de las corrientes más influyentes en el movimiento wahhabí actual y que siguen una parte importante de la población saudí es la de los fanáticos jariyíes que se basan en la interpretación literal del Corán. Consideran impías a casi todas las autoridades políticas musulmanas por colaborar con estados infieles, por lo que desde sectores extremistas se pretende eliminarlos, por traición al islam, algo que recuerda en sus comunicados Bin Laden. Destaquemos algunos textos del Corán, el alma de los fanáticos islámicos. Todo lo que se lee en las siguientes palabras está en la cabeza, como un eco que se repite de manera onstante y machacona, de los seguidores extremistas de los mensajes de Mahoma. ¿ Sura IV, 95: «El que mate a un creyente (musulmán), tendrá el infierno por recompensa, y en él permanecerá eternamente. Dios irritado contra él, le maldecirá y le condenará aun suplicio terrible». ¿ Sura IV, 102 «... Los infieles son vuestros enemigos declarados». ¿ Sura IV, 105: «No os deis tregua en la persecución de vuestros enemigos. Si vosotros sufrís, ellos sufrirán como vosotros, pero vosotros debéis esperar a Dios lo que ellos no pueden esperar. Dios es prudente y sabio». ¿ Sura V, 69: «... Hemos sumido en medio de ellos (los judíos) la enemistad y el odio que durará hasta el día de la resurrección. Siempre que encienden el fuego de la guerra, Dios lo extinguirá». ¿ Aura V, 92: "¡Oh creyentes! el vino, los juegos de azar, las estatuas y la suerte de las flechas son una abominación inventada por Satán». ¿ Sura IX, 123 y 124: «No conviene que todos los creyentes vayan a la vez a la guerra.... ¡Oh creyentes! combatid a los infieles que os rodean; que hallen siempre en vosotros una acogida ruda. Sabed que Dios está con los que le temen». ¿ Sura XLVII, 4, 5 y 8: «Cuando encontréis infieles matadles hasta el punto de hacer contra ellos una carnicería y estrechad fuertemente las trabas de los cautivos. Luego ponedlos en libertad o entregadlos mediante un rescate, cuando la guerra haya cesado. Obrad así. Si Dios quiere, triunfaría de ellos por sí mismo; los exterminaría; pero os hace luchar para probaros a unos por otros... ¿ Sura XLVII, 88: «La vida de este mundo no es más que un juego y un pasatiempo. Si creéis en Dios y le teméis os dará vuestra recompensa...». Sucede que una selección de textos similares podemos encontrar en la Biblia, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, en las cartas de los Apóstoles, en el Apocalipsis y otros muchos textos sagrados. Sin embargo, todas las religiones, incluidas las islámicas, se adaptan a la realidad, a la modernidad, respecto a una gran parte de creyentes. No se trata entonces solamente de una doctrina, la cual se abre a la sociedad mediante la costumbre, la cultura, la tradición, las formas de vida y el razonamiento sobre la fe. El peligro de las religiones es cuando, abiertas a la sociedad se ven empujadas por sectores extremistas, que desde la literalidad de una doctrina que surge en una determinada época y en un contexto histórico y social determinado actúan para lograr una cuota de poder y cumplir con unas expectativas, a veces delirantes, sobre las cuales es imposible razonar porque su lenguaje se ha enquistado en una visión monolítica de la realidad y se congela su pensamiento, no transcurre con lo real, sino que se vuelve inamovible. Además de una doctrina el fanatismo se construye por un método de aprendizaje de ella y por una manipulación que coloca la fe en una parcela que no la corresponde. Pensemos que lo mismo podemos decir de ideologías que han salido a la realidad con una carga de brutalidad y violencia sin parangón. También hay textos que pueden acompañar la justificación a la lucha armada, desde tesis leninistas o estalinistas y marxistas, o desde posicionamientos nacionalistas. Desde el punto de vista social se hace imprescindible aislar a los grupos fanáticos, que, insisto, surgen y se desarrollan por sí mismos. Aislarles en su irrealidad. Debido a que crecen, no como causa sino como excusa de sus acciones y de su existencia, en ambientes de injusticia, violencia, imposición de normas o conductas, exige desarrollar medidas sociales, políticas y económicas que faciliten un nivel de vida y cultural mínimo en todo el mundo como base del progreso humano. Sobre todo es preciso que reine un principio de racionalidad social. Se hace, y cada vez con más premura, necesario aplicar en la economía de mercado la Renta Básica, como elemento regulador del progreso y desarrollo sostenible. En las acciones políticas, el principio básico de racionalidad es incorporar el referéndum para resolver conflictos que de otra manera se desvían a conductas emocionales, sobre todo los que conciernen a elementos nacionalistas y religiosos. En este sentido los grandes teóricos del liberalismo (L. V. Mises, F. Hayek) que tanto se aplica en la economía advierten de la necesidad de activar mecanismos democráticos para evitar que se resuelvan las diferentes formas de ver la realidad mediante conflictos armados que acaban rebrotando nuevamente con el paso del tiempo. La Renta Básica y profundizar en la democracia es el camino a emprender para salir del conflicto y crisis del mundo actual. Lo contrario es andar hacia atrás la Historia, y como el tiempo siempre circula hacia a delante lo único que se logra es aumentar y alargar el sufrimiento de muchísimas personas, para acabar estableciendo en generaciones venideras lo que se debió haber hecho hace años, o siglos, atrás.