teléfono del lector
Mala atención a una ciudadana extranjera
Daniel Domínguez dice: «Mi llamada en relación a un tema que le ha ocurrido a mi cuñada, que es ciudadana estadounidense, que aunque habla bastante bien nuestro idioma y se la entiende perfectamente, no deja de tener acento. El otro día fue al ambulatorio de San Esteban, donde la corresponde el médico, y quería solicitar un cambio de médico porque el que la había tocado en primera instancia no acababa de acertar con lo que la pasaba y el jueves al mediodía fue a administración del ambulatorio para solicitar el cambio de médico y allí se encontró con dos señoritas (una de ellas debía ser la jefa de administración y otra la empleada) y entre las dos lo único que hicieron fue primero reírse de ella por su dialecto; no atenderla, por supuesto, no la atendieron en ningún momento como deberían haberlo hecho y se rieron de ella e incluso llegaron a tirarla un papel a la basura que para ella era importante, y ¡claro! mi cuñada es una persona tímida y sólo tiene 21 años y creo que por eso abusaron de ese supuesto poder que ellas dos se creen que tienen. Pero que no se preocupen que la cosa no va a quedar ahí, porque vamos a tomar medidas para aclararlo y saber qué ha ocurrido. No me parece normal que una persona, porque a lo mejor no se la entienda perfectamente, se rían de ella y más estando en un puesto como en el que están. Si estas señoritas se creen que por ser funcionarios tienen ese poder para reírse de la gente y hacer lo que les dé la gana, están muy equivocadas, porque los ciudadanos de a pie, aunque sean extranjeros, aquí en España también tienen derechos. Y ella, aunque sea estadounidense, está casada con un español, y tiene los mismos derechos que cualquier otro español y si no se la entiende muy bien, con un poco de paciencia se la puede llegar a entender, aunque ellas seguro que sí la entendían perfectamente. Nunca deberían llegar a reírse de las personas y a tirarla un papel a la papelera que para ella era muy importante porque era un justificante del trabajo y salió de ahí ya casi, casi destrozada la pobre mujer porque lo que nunca se esperaba es que en este país que ella quiere como su segundo país y donde siempre pensó que se la iba a tratar bien y que se la iba a querer, la iban a dispensar un trato así... Esa gente es la que sobra en este país. Estas dos señoritas que no se preocupen porque vamos a tomar medidas contra ellas, y que sepan que están ocupando un puesto que no se merecen».