EN EL FILO
El verano que no existió
Los otros ministros en los que descansará una buena parte de la actividad del nuevo gobierno serán Acebes y Michavila (Interior y Justicia). Esta pareja será la punta de lanza de una política antiterrorista sin desmayo. Serán los encargados de llevar adelante la consigna de José María Aznar: no daremos respiro a los terroristas. De aquí a las municipales vascas el plan del gobierno es enterrar el brazo civil de ETA. El Estado -de Derecho- vuelve por sus fueros. Y ha sido precisamente en este mes de vacaciones que nunca existió cuando comenzó esta estrategia. Tampoco ha habido relajo en la política internacional. El hecho de que el presidente Bush se haya tomado unas rigurosas vacaciones de mes no ha supuesto pausa alguna en los debates sobre una posible guerra contra Irak basada en la teoría de la prevención. No se trata ya de preparar la guerra cuando se quiere la paz, sino de hacerla. Palomas y halcones del gobierno se trabajan a los senadores para sus causas respectivas y los líderes demócratas condenan con palabras durísimas lo que consideran una locura. La cuestión de la guerra contra Irak divide Europa. Mientras Blair vuelve a ocupar su papel de ministro de Exteriores norteamericano, Schröeder llama a la desobediencia al gran líder. Este año no habrá por tanto vuelta al curso político. Se trata de continuarlo. Tanto es así que el hecho con el que comienza es una historia del corazón: la boda de la hija de Aznar.