Diario de León

«Tortas» al presidente de la Diputación Escuela municipal de hípica El Parque «Tortas» al presidente de la Diputación Escuela municipal de hípica El Parque

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Resido en Asturias, soy natural de León y en su diario a través de internet leo, casi hasta con desprecio, el impresentable comportamiento del presidente de la Diputación de León sobre la no colaboración con el Principado de Asturias en la gestión de la futura estación invernal de esquí de Fuentes del Invierno, con el ánimo de conseguir el mayor complejo esquiable del noroeste español. Con único argumento para su negativa alega «no guardar las formas por parte del Principado». ¿De qué formas nos habla el señor Diputado? ¿Con qué formas y maneras entró él de presidente? ¿Con cuántas artimañas se metió en la política? ¿Qué intereses defiende el presidente de la Diputación de León, los de los astur-leoneses o los del PP? ¿Quién le ha dado un toque de atención para que ahora se vuelva atrás? ¿Acaso, Cascos, quien no se puede ver con el señor Areces, presidente del Principado de Asturias? ¿Estamos hablando de personas mayores, responsables, votados por los ciudadanos, o de simples majaderos que confunden el servicio a los demás con el servilismo al mandamás? Mire, señor presidente, no haga usted más el payaso y acepte la colaboración y la gestión conjunta de la futura estación por el bien de todos, sobre todos los del río Astur para arriba, porque San Isidro se queda pequeña, está mal explotada, saturada, ¡no cabemos!, y ahora tiene una magnífica oportunidad de sacar mayor rendimiento a una estación que terminará por aburrir por imposible de esquiar. Esas son las formas, lo demás son babayadas y excusas de dirigente sometido al dictado de un ministro cabreado. De verdad que a veces los políticos, y en este caso el presidente de la Diputación de León, merecen un par de tortas, por impresentables. Agustín Molleda (correo electrónico). Vivió sus momentos de esplendor, que muchos amantes de este sano deporte hemos conocido. Por nosotros mismos, y sobre todo por nuestros hijos. Ahora todo es desolación y abandono. Hace ya muchos meses que daba la sensación de que la escuela de hípica parecía sentenciada. Personalmente he estado tentado a visitar a nuestro alcalde para ver si era posible salvar esta posibilidad de ocio que durante años ha estado al servicio de los ciudadanos de León. Quizá el desánimo nos ha embargado a todos, y las consecuencias se ven ahora. Tengo la impresión que el señor Gil, concejal entendido del asunto, se ha desentendido. Una más que apuntar en la agenda vacía de un personaje que hace tiempo debió de dedicarse por entero a jugar a los bolos a orillas del Bernesga. Y quizá también deban acompañarle en la jubilación política el señor Linaza y el señor Rivas, artífices, a partes iguales (con el susodicho), en que las cosas hayan llegado a este extremo. Las barras de la pista de entrenamiento han sido retiradas, los boxes están vacíos, lo mismo que la inmensa mayoría del pabellón que estaba dedicado para alquiler y mantenimiento. Todo indica que la escuela está definitivamente sentenciada. Desde aquí emplazo al señor Amilivia candidato in péctore a la alcaldía, a que nos aclare cómo está el estado de la cuestión. Si hay liquidación del negocio puede incluir en el paquete a los tres mosqueteros aludidos. Tengo la convicción de que también sobran. Si por el contrario se piensa revitalizar la escuela (la verdad es que lo dudo de todo corazón), están los tres invitados a un suculento cocido en mi pueblo. Cuando vea que el árbol florece, ¡claro está! Andrés Mures Quintana (León). Resido en Asturias, soy natural de León y en su diario a través de internet leo, casi hasta con desprecio, el impresentable comportamiento del presidente de la Diputación de León sobre la no colaboración con el Principado de Asturias en la gestión de la futura estación invernal de esquí de Fuentes del Invierno, con el ánimo de conseguir el mayor complejo esquiable del noroeste español. Con único argumento para su negativa alega «no guardar las formas por parte del Principado». ¿De qué formas nos habla el señor Diputado? ¿Con qué formas y maneras entró él de presidente? ¿Con cuántas artimañas se metió en la política? ¿Qué intereses defiende el presidente de la Diputación de León, los de los astur-leoneses o los del PP? ¿Quién le ha dado un toque de atención para que ahora se vuelva atrás? ¿Acaso, Cascos, quien no se puede ver con el señor Areces, presidente del Principado de Asturias? ¿Estamos hablando de personas mayores, responsables, votados por los ciudadanos, o de simples majaderos que confunden el servicio a los demás con el servilismo al mandamás? Mire, señor presidente, no haga usted más el payaso y acepte la colaboración y la gestión conjunta de la futura estación por el bien de todos, sobre todos los del río Astur para arriba, porque San Isidro se queda pequeña, está mal explotada, saturada, ¡no cabemos!, y ahora tiene una magnífica oportunidad de sacar mayor rendimiento a una estación que terminará por aburrir por imposible de esquiar. Esas son las formas, lo demás son babayadas y excusas de dirigente sometido al dictado de un ministro cabreado. De verdad que a veces los políticos, y en este caso el presidente de la Diputación de León, merecen un par de tortas, por impresentables. Agustín Molleda (correo electrónico). Vivió sus momentos de esplendor, que muchos amantes de este sano deporte hemos conocido. Por nosotros mismos, y sobre todo por nuestros hijos. Ahora todo es desolación y abandono. Hace ya muchos meses que daba la sensación de que la escuela de hípica parecía sentenciada. Personalmente he estado tentado a visitar a nuestro alcalde para ver si era posible salvar esta posibilidad de ocio que durante años ha estado al servicio de los ciudadanos de León. Quizá el desánimo nos ha embargado a todos, y las consecuencias se ven ahora. Tengo la impresión que el señor Gil, concejal entendido del asunto, se ha desentendido. Una más que apuntar en la agenda vacía de un personaje que hace tiempo debió de dedicarse por entero a jugar a los bolos a orillas del Bernesga. Y quizá también deban acompañarle en la jubilación política el señor Linaza y el señor Rivas, artífices, a partes iguales (con el susodicho), en que las cosas hayan llegado a este extremo. Las barras de la pista de entrenamiento han sido retiradas, los boxes están vacíos, lo mismo que la inmensa mayoría del pabellón que estaba dedicado para alquiler y mantenimiento. Todo indica que la escuela está definitivamente sentenciada. Desde aquí emplazo al señor Amilivia candidato in péctore a la alcaldía, a que nos aclare cómo está el estado de la cuestión. Si hay liquidación del negocio puede incluir en el paquete a los tres mosqueteros aludidos. Tengo la convicción de que también sobran. Si por el contrario se piensa revitalizar la escuela (la verdad es que lo dudo de todo corazón), están los tres invitados a un suculento cocido en mi pueblo. Cuando vea que el árbol florece, ¡claro está! Andrés Mures Quintana (León).

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