Negativo

ESPAÑA y el mundo se mueven a la contra, a la defensiva, o como siguiendo la pauta de un negativo fotográfico que tratara de representar la realidad. Hoy mismo, en nuestro país, estamos obsesionados con la lucha contra la delincuencia, la lucha contra el terrorismo y los adláteres de ETA, la lucha contra los nacionalismos, contra los inmigrantes ilegales, de tal manera que no nos quedan ni tiempo ni energías para la visión en positivo de la vida y de la realidad. No quedan tiempo ni energías para pensar o impulsar el desarrollo de los estatutos de autonomía que queden sin desarrollar, en la estela del respeto democrático a las nacionalidades y regiones configuradas para dar cuerpo a la democracia territorial recogida en la Constitución. No quedan tiempo, ni energías, ni ganas, para mirar hacia delante a ver cómo podemos profundizar en la democracia, en las libertades civiles, en la libertad de expresión, en el más justo reparto de la riqueza, en la concepción dinámica y positiva del fenómeno de la inmigración, en el sueño de que es posible un mundo mejor. Y más allá de nuestras fronteras, espoleados por el 11-S, estamos sumergidos en la involución total, en el belicismo de doble catadura, en la obsesión por machacar a Irak, en el creciente conformismo ante los designios del jefe del imperio. Y aquel mundo de soñadores, como el presidente Kennedy, el Papa Juan XXIII, o los padres fundadores de Europa, ha ido poco a poco difuminándose hasta desaparecer. En eso estamos. Esa es nuestra vida. Eso es lo que tenemos. ¿Hasta cuándo?