EL MIRADOR
Histerismos
EL presidente José María Aznar ha vuelto de vacaciones autosuficiente y faltón. Como buscando de la mañana a la noche pelea. Y los malos modos en política irritan. Pueden salirle electoralmente carísimos. Zapatero está que no cabe en sí de gozo, claro. Y con razón. Lo del «barrido», por ejemplo. Ese chirriante «vamos a barrer las calles» de delincuentes que nos soltó el otro día. Todos estamos por la seguridad ciudadana. Pero, que el presidente del Gobierno hable de «barrer» personas como si fueran basura resulta aterrador. Evoca actitudes que buscan llegar a "las tripas", no a la cabeza. Pasemos, no obstante, por alto lo desafortunado de la imagen (y la zafia respuesta, por cierto, del PSOE aludiendo a la boda) en aras de la claridad del «mensaje». ¿Declaraciones de intenciones a estas alturas de la película, señor Aznar, que dice usted que quiere «barrer» qué...? ¿Ahora? ¿Y antes? ¿Durante qué mandato se supone que se ha acumulado esa basura en nuestras calles, señor mío, de quién es la culpa, quién gobierna España desde hace seis años y medio; Zapatero? Su discurso «iraquí» es un monumento al pensamiento único. Pocos dirigentes tienen detrás a un pueblo mejor dispuesto a la solidaridad con las víctimas del terrorismo y que mejor entienda la necesidad de ahogar a la Bestia en su cuna que el nuestro. Pero, ¿de verdad la única relación leal posible con los EEUU es el seguidismo acrítico? ¿Hay, además, con perdón, que «poner la cama»? ¿A qué ha venido la histérica bronca que Aznar le ha echado a Zapatero por atreverse a sostener algo tan puesto en razón como que abrir la monstruosa caja de Pandora de la «guerra preventiva» precisa, inexcusablemente, como poco, de la autorización de la ONU? En cuanto al «fusilamiento» (presentación como propias) de las principales medidas de la ley contra la violencia doméstica que los socialistas llevaron el otro día en el Congreso y que los populares vetaron, ¿qué es sino pura y simple apropiación indebida...?