EN EL FILO
ETA, debilidad/crueldad
O anda ETA sobrada al parecer de asesinos experimentados, pero no le faltarían asesinos vocacionales, jóvenes procedentes de la marginación sociolaboral y de esos cursillos de formación terrorista acelerada que se imparten en las escuelas de la lucha callejera. La acción frecuentemente concertada de las policías francesa y española ha debilitado a la banda, y así lo reconocía ayer el ministro Acebes, refiriéndose a la muerte en Bilbao, la noche anterior, de dos etarras por explosión del artefacto que manipulaban. En ese suceso se habrían enlazado, según el ministro, tres factores: los fallos de los propios terroristas, deficientemente capacitados, y la mala calidad del material explosivo, debido todo ello a los aciertos de las Fuerzas de Seguridad. Lo cual, desde luego, no garantiza que la banda no pueda seguir asesinando, como se demostró ayer en el atentado contra una patrulla de la Guardia Civil entre Guipúzcoa y Navarra. De los tres agentes heridos, falleció el cabo Juan Carlos Beiro Montes, con el vientre deshecho por la explosión de una bomba colocada tras una pancarta a favor de Batasuna y accionada a distancia. Por los aciertos policiales, con desmantelamiento de comandos y capturas de terroristas, tanto dirigentes como dinamiteros y pistoleros, se ve obligada ahora la banda a lanzar al terreno del crimen individuos de formación insuficiente, lo que se traduce en un debilitamiento progresivo de la organización y, como respuesta a esa realidad, aparece el intento obstinado de «cometer un atentado muy grave», en frase premonitoria de Acebes, pues antecedió en sólo unos minutos al atentado contra una patrulla de la Guardia Civil en un punto a medio camino entre Guipúzcoa y Navarra. Decía ayer Balza, consejero vasco de Interior, que el atentado contra la Guardia Civil era una reacción de la banda a sus dos muertos de la noche anterior en Bilbao, y añadía que «estamos en presencia sin duda de una escalada terrorista». Lamentablemente, el consejero Balza puede tener razón, pues a mayor debilidad, el terrorismo actúa con mayor crueldad, aunque sea, como a veces ha sucedido en otros países, para demostrar antes de una tregua que podría seguir practicando el terror indefinidamente. El adverbio indefinidamente no parece, sin embargo, encajar bien en el futuro terrorista que se le estaría cerrando a ETA, por asfixia policial, internacional, política y hasta social, si se atiende al escaso fervor ciudadano que inspiran las tribulaciones judiciales de Batasuna.