AL TRASLUZ
Archivo de la Humanidad
EL Senado acaba de rechazar la petición de CiU para que se devuelva a la Generalitat la documentación guardada en el Archivo de la Guerra Civil, en Salamanca. Los criterios archivísticos y de sentido común están siendo interpretados desde hace tiempo como un agravio centralista, cuando no como la aplicación de «derecho de conquista». Intuyo que a Pujol le importan un bledo los citados documentos, que puede tener microfilmados, lo suyo es otra cosa. Acepto en este caso la discrepancia del historiador o del archivero, pero la polémica nacionalista me suena a «sea lo que sea me opongo». Es una de las instituciones más importantes de esta comunidad, con una trascendencia que va más allá de lo meramente autonómico, incluso de lo nacional. Separar un archivo en parcelitas es destrozarlo, ir contra su razón de ser. Lo que hay que fomentar es la cultura de la donación, para que nada de lo relacionado con la guerra civil se pierda, sea el documento de un político/ militar importante o la correspondencia de un soldado. Nada debe ser destruido, todo ha de servir para educarnos en el nunca más. El Archivo no nació de principios democráticos, pues surge para la represión de los vencidos, pero ese origen ya no se puede borrar y desde hace mucho tiempo esta institución es un ejemplo de lo que ha de ser la asepsia y la eficacia. Es una joya de destellos tristes. Pretender ver criterios políticos en el rechazo del PP y del PSOE a la entrega de los originales es injusto. El Archivo es patrimonio de la humanidad, su territorio es la condición humana. AGUILA