EN BLANCO
Ronaldinha
MILENE Domínguez, la mujer de Ronaldo, hizo en 9 horas y 6 minutos lo que usted o yo tardaríamos en hacer, por lo menos seis meses: le dio 55.197 toques a un balón antes de que éste cayera finalmente al suelo. Ahora bien, ¿para qué quería la dulce Milene a sus 17 años, que son los que tenía en 1997 cuando pulverizó e récord de marras, darle 55.197 toques a un balón? A lo mejor ella no lo sabía entonces, pero dos años después contrajo matrimonio con Ronaldo. La vida es así de misteriosa y quién sabe si el gran furbolista se habría casado con alguien que no fuera capaz de tocar el balón ininterrumpidamente, sin tirarlo al suelo, cincuenta y tantas mil veces. Ahora Milene Domínguez paga, un poco, su récord pre-nupcial y absurdo perdiendo su nombre, pues todo el mundo la llama Ronaldinha, un apelativo que, sin duda, no cuadraría a ninguna de las esposas de los compañeros de equipo de su marido. ¿Raula? ¿Hierra? ¿Makelela? ¿Figa? ¿Guta? Ninguna de ellas, tan monas y rubias cual suele ser circunstancial a las mujeres de los futbolistas, le propinó nunca 55.197 golpecitos a un balón y, en consecuencia, conservan su nombre de solteras. Convertida en Ronaldinha y para no aburrirse en Madrid mientras su marido juega, se concentra y se lesiona, Milene Domínguez, ha decidido sacarle algún rendimiento a su destreza y ha fichado, como futbolista, por el equipo femenino del Rayo Vallecano, aunque como no puede jugar partidos oficiales porque es extranjera, se dedicará más bien a anunciar los flanes de Ruiz Mateos, el propietario del equipo. Curioso sino.