Renfe y los derechos de los no fumadores Escuelas de idiomas, un poco de seriedad

G. Bengoa Torres dice lo siguiete: «Mi queja es en relación con Renfe. He solicitado un billete de segunda clase, no fumadores, para Vitoria, con fecha 2 de octubre y me dicen que de no fumadores no hay. O sea, que tiene que ser fumadores o primera clase; o buscar un medio de transporte alternativo. Así se conculcan una serie de derechos del usuario porque no tenemos necesidad de estar fumando en un tren ya que hay una normativa que prohibe en los transportes públicos fumar. Renfe obliga al usuario a fumar o a comprar un billete de primera categoría, que en un trayecto de aquí a Vitoria supone siete u ocho euros más caro. Cuando he dicho que voy a ir en autobús me han dado una fotocopia del Diario de León con fecha 26 de agosto de 2002 de un mensaje en esta sección titulado «Un billete de vuelta abierto, por favor». O sea, lo más rastrero posible. En lugar de mejorar el servicio, se dedican a gastar el dinero en desprestigiar a las compañías de autobuses. Me parece denigrante y tercermundista. Además, otra de las cosas que he visto es que en los baños no hay ni papel higiénico, ni jabón; o sea, que si se gastan el dinero en los papeles y en desprestigiar a las compañías de autocares, podrían también tener un poquito de vergüenza y un poquito de civilización y poner papel higiénico y jabón para los usuarios». Rosa María Llamazares Rodríguez dice lo siguiente:«Este año la Escuela Oficial de Idiomas de León va a poner en práctica las guardias por parte de los profesores, para proteger a los alumnos de posibles accidentes, percances, atropellos, etcétera que les puedan suceder en caso de ausencia de algún profesor. Con ello la escuela se va a parecer cada vez más a una guardería y menos a una escuela de Idiomas. Esta norma posiblemente esté en contradicción con la función de las escuelas de idiomas, que, fundamentalmente, se crearon para atender la formación de personas mayores de dieciocho años: de hecho para la admisión se concede preferencia y una mejor puntuación a universitarios, profesores, profesionales varios, etcétera, sobre estudiantes de bachillerato y otras categorías, los cuales no necesitan (al menos así lo creemos) de ningún vigilante. Pero además, mientras en el Instituto nuestros hijos menores de edad se quedan cinco horas y es lógico que tengan un profesor de guardia si falta algún titular de la asignatura, en la escuela sólo pasan una hora diaria y si no está su profesor, ¿para qué se van a quedar? ¿No es esa una pérdida de tiempo para los alumnos y para los profesores? Al menos así nos parece a algunos padres. Si falta algún profesor, entrará en el aula el de guardia, quien pasará lista y a los que deberían estar y no están se les apunta una falta. Esas faltas se irán sumando y habrá que justificarlas todas juntas en el mes de mayo. Si están por encima del 30% de las horas lectivas se corre el peligro de la pérdida de la evaluación continua y el de la Pérdida de Prioridad de Matrícula (PPM) con todos los problemas que ello conlleva».