La hora de Retecal

RETECAL está hoy sobre la hoja afiladísima de la ampliación de capital. Concluye el plazo para autorizar una inyección de 5.000 millones de pesetas -un pellizco mínimo frente a lo que realmente necesita- para completar una nueva fase de implantación de la empresa, vanguardista en la modernidad tecnológica y de empleo en la comunidad, con 800 puestos directos de trabajo. A falta de lo que hoy suceda, me huele que a Retecal le han colocado un nudo corredizo alrededor del cuello. Entre Caja España e Hidroeléctrica del Cantábrico han levantado el cadalso para ahorcar la gestión actual de Retecal. O mejor dicho: al cuello de José Luis Ulibarri, padre de esta criatura que nació sin chupete ni biberón, y se ha convertido en la segunda operadora de la región y una de las mejores empresas del cable en España. Si hoy Caja España e Hidroeléctrica del Cantábrico no dan marcha atrás, Retecal dejará de ser la empresa emblemática de telecomunicaciones de Castilla y León y pasará a ser gestionada por agentes externos. Se unirá de esta forma a otras que perdieron la virginidad en esta comunidad, ante la indiferencia de la Junta. Este es el escenario: Caja España cuenta con el 26% del capital social de Retecal. Su riesgo se eleva a unos 27.000 millones de pesetas. Hidroeléctrica, en la que participa Caja Asturias, cuenta con un porcentaje levemente superior. Begar, con el 22%, y el resto está repartido entre varias Cajas, empresas y accionistas particulares. Si hoy se acepta la ampliación de capital, con la boda Caja España/Hidroeléctrica estará todo vendido. La entidad financiera entregará la gestión a Hidroeléctrica y el equipo directivo actual de Retecal pasará a estar bajo una lápida. La estrategia contempla que José Luis Ulibarri continúe en la presidencia. Pero esto no es más que un brindis de parvulario. Lo que le ofrecen es que sea florero, no ejecutivo. En círculos financieros y empresariales se asegura que detrás de esta sibilina operación está la consejera de Economía y Hacienda, Isabel Carrasco, con el apoyo sorduno del vicepresidente del ejecutivo autónomo, Tomás Villanueva. Ella niega estar detrás de esta diabólica operación financiera. Hoy es el día. Y si los dioses no lo remedian, tampoco lo hará el director de Caja España y menos su Consejo de Administración. Entregarán la gestión de Retecal a Hidroeléctrica del Cantábrico e impondrán el cese del actual equipo directivo. Es como ponerle sordina a la voz de Ulibarri: No tienen vergüenza. ¿Cómo es posible que Caja España, y la Junta de Castilla y León por añadidura, estando implicados hasta las cejas en Retecal, no se gasten un duro en la empresa recibiendo sus servicios?. Sólo con su presencia, ya estarían garantizados los beneficios.