Diario de León

Mis queridos obispos... La realidad y el presupuesto para León Mis queridos obispos... La realidad y el presupuesto para León

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Mis queridos obispos, antañones de los Medicis, ejemplo del pisoteo del sexto mandamiento. Mis queridos obispos, bendición de la procreación, para eso nos creó no se sabe quién, quizás el mismo que les dio el cargo. Mis queridos obispos que no ven óbice en que una esposa fiel se lleve hostias por un tubo para que tenga que asumir el matrimonio como un sacrificio que Dios le pagará y que, si al cabo del tiempo, con los riñones bien cubiertos de euros, revertirán en las arcas, supongo bien repletas de la Iglesia que reprime, que critica el uso de los preservativos y que bendice la procreación inconsciente de millones de seres que nacen, siempre en el nombre de Dios, para morir de hambre y de necedad cubierta de palio. Mis queridos obispos: Pero, ¿qué estáis haciendo? O sea que una mujer maltratada ¿no tiene derecho a pedir la nulidad de su matrimonio? El colmo de la estupidez es decir que, si las bofetadas se las ha llevado antes de contraer el sagrado vínculo, puede ser objeto de estudio de nulidad. ¿Os dais cuenta de vuestra obsoleta doctrina? No me extrañaría nada que os escandalizárais, al igual que los antiguos fariseos que Jesús echó del templo, el hecho de que perdonara a la Magdalena. Que yo sea, gente, con muchos euros, sin haber sido maltratadas, han conseguido la anulación, vuestra anulación matrimonial, a golpe de talonario. ¿No os da vergüenza? Gracias, mis queridos obispos, por quitaros por fin la careta, cada vez más vergonzosa. Cualquier día comenzáis a pedir ese impuesto llamado bula, y que este gobierno, seguramente, os concederá. Aquilino Laserna Perea (La Virgen del Camino). Cuando vi el presupuesto (año 2002) de la Junta de Castilla y León para la ciudad de León, me pareció algo escaso pero, al fin, vendrían doce millones de euros (unos 2.000 millones de pesetas) que le hacen mucha falta a nuestra ciudad. Se construirían cerca de trescientas viviendas de protección oficial, harían la Escuela Oficial de Idiomas, etcétera. Sin embargo, me parece escandaloso lo que he visto en los periódicos recientemente: La Junta de Castilla y León, no ha invertido ni un euro de este dinero, porque estos señores de la Junta a tres meses del fin del año 2002, sólo han gastado el 9% de su presupuesto. Es decir que la consejera de Economía y Hacienda, por cierto leonesa, cuando hace el presupuesto, se tira faroles con León que después no piensa cumplir. Puede pregonar a los cuatro vientos que trae dinero para nuestra ciudad y provincia porque como no piensa cumplir lo presupuestado, el farol le sale casi gratis. Y ¿qué dice el alcalde? ¿sabe que no se ha hecho el parque empresarial, ni la Escuela Oficial de Idiomas, ni las viviendas sociales prometidas, ni la sede de la Gerencia de Servicios Sociales (Colon), ni el Edificio Informático de la Universidad, ni la Residencia de Menores de Suero de Quiñones, ni el Centro de Investigación del Fuego, ni la Planta de Clasificación de Envases? Se supone que sabe todo esto, pero no parece reclamar en Valladolid lo que le corresponde a nuestra ciudad. Al revés, parece que está orgulloso. Pero ¿de qué está orgulloso nuestro alcalde? ¿No sería mejor que olvidase el cuento de la lechera y que ejecutase y gastase realmente lo presupuestado para León? Vicente González Álvarez (León). Mis queridos obispos, antañones de los Medicis, ejemplo del pisoteo del sexto mandamiento. Mis queridos obispos, bendición de la procreación, para eso nos creó no se sabe quién, quizás el mismo que les dio el cargo. Mis queridos obispos que no ven óbice en que una esposa fiel se lleve hostias por un tubo para que tenga que asumir el matrimonio como un sacrificio que Dios le pagará y que, si al cabo del tiempo, con los riñones bien cubiertos de euros, revertirán en las arcas, supongo bien repletas de la Iglesia que reprime, que critica el uso de los preservativos y que bendice la procreación inconsciente de millones de seres que nacen, siempre en el nombre de Dios, para morir de hambre y de necedad cubierta de palio. Mis queridos obispos: Pero, ¿qué estáis haciendo? O sea que una mujer maltratada ¿no tiene derecho a pedir la nulidad de su matrimonio? El colmo de la estupidez es decir que, si las bofetadas se las ha llevado antes de contraer el sagrado vínculo, puede ser objeto de estudio de nulidad. ¿Os dais cuenta de vuestra obsoleta doctrina? No me extrañaría nada que os escandalizárais, al igual que los antiguos fariseos que Jesús echó del templo, el hecho de que perdonara a la Magdalena. Que yo sea, gente, con muchos euros, sin haber sido maltratadas, han conseguido la anulación, vuestra anulación matrimonial, a golpe de talonario. ¿No os da vergüenza? Gracias, mis queridos obispos, por quitaros por fin la careta, cada vez más vergonzosa. Cualquier día comenzáis a pedir ese impuesto llamado bula, y que este gobierno, seguramente, os concederá. Aquilino Laserna Perea (La Virgen del Camino). Cuando vi el presupuesto (año 2002) de la Junta de Castilla y León para la ciudad de León, me pareció algo escaso pero, al fin, vendrían doce millones de euros (unos 2.000 millones de pesetas) que le hacen mucha falta a nuestra ciudad. Se construirían cerca de trescientas viviendas de protección oficial, harían la Escuela Oficial de Idiomas, etcétera. Sin embargo, me parece escandaloso lo que he visto en los periódicos recientemente: La Junta de Castilla y León, no ha invertido ni un euro de este dinero, porque estos señores de la Junta a tres meses del fin del año 2002, sólo han gastado el 9% de su presupuesto. Es decir que la consejera de Economía y Hacienda, por cierto leonesa, cuando hace el presupuesto, se tira faroles con León que después no piensa cumplir. Puede pregonar a los cuatro vientos que trae dinero para nuestra ciudad y provincia porque como no piensa cumplir lo presupuestado, el farol le sale casi gratis. Y ¿qué dice el alcalde? ¿sabe que no se ha hecho el parque empresarial, ni la Escuela Oficial de Idiomas, ni las viviendas sociales prometidas, ni la sede de la Gerencia de Servicios Sociales (Colon), ni el Edificio Informático de la Universidad, ni la Residencia de Menores de Suero de Quiñones, ni el Centro de Investigación del Fuego, ni la Planta de Clasificación de Envases? Se supone que sabe todo esto, pero no parece reclamar en Valladolid lo que le corresponde a nuestra ciudad. Al revés, parece que está orgulloso. Pero ¿de qué está orgulloso nuestro alcalde? ¿No sería mejor que olvidase el cuento de la lechera y que ejecutase y gastase realmente lo presupuestado para León? Vicente González Álvarez (León).

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