teléfono del lector
Aclaración sobre un episodio del pasado El legajo de Ardón y el origen del castellano
José Manuel Hidalgo Guerrero, asiduo lector de Diario de León, dice en su mensaje:«Quiero hablar sobre el artículo de Chema Robles, Fosas comunes y republicanos en Omaña. Las tumbas de la libertad. Quiero decir que sé algo de esto porque no he vivido en ese momento pero mi padre sí lo vivió, mi padre falleció este año. Y uno de los casos de los que se habla aquí, que dice que el médico de Santa María de Ordás, don Emiliano García (él no dice el nombre pero yo se lo doy porque era amigo de mi padre y medio familia), no le dejaron escapar, se escapó él. Se escapó en el momento del fusilamiento, les fue comiendo el coco todo el viaje desde San Marcos hasta Pandorado, de que tenían que ser personas y no matar a nadie... Luego se escapó corriendo, atadas las manos, estuvo tres días en el monte y luego se tiró toda la guerra y un año más en casa de un sacerdote. Fue denunciado por otro médico de la zona y yo oí a mi padre hablar de los fusilamientos. Era un día 7 de abril, efectivamente con mayores, jóvenes... iban con monos y les fusilaban y les dejaban en la carretera de Pandorado. Mi padre me comentó que había visto muchos niños de 16, 17, 18 años y les dejaban allí muchísimas veces. Quiero decir con esto que no solamente están enterrados en las fosas comunes los vecinos de Riego de Arriba y de Abajo. Subían con carros, los montaban en los carros y los llevaban al cementerio. Sólo quería decir que la memoria hay que decirla como es y este hombre no se escapó, no le dejaron escapar sino que se les escapó. Sus hijos me imagino que llamarán porque viven en Ponferrada. Me imagino que si lo leen no lo dejarán pasar». Alberto Mínguez Fontanilla se pone en contacto con esta sección diciendo: «Es normal que en todas las obras editoriales haya ciertas erratas pero el comentario destacado que aparece en el coleccionable de El Siglo de León sobre que Ardón es la cuna del castellano es una auténtica barbaridad. Posiblemente el autor se llevó por hacer un título sorprendente, pero en el Siglo X en el territorio que ahora es León, la lengua romance era el leonés y El Legajo de Ardón es el primer documento en leonés, un idioma anterior al castellano, mayor orgullo para Ardón si cabe. El castellano en esta época se empezaba a hablar en el norte de Burgos, en Álava y en parte de Cantabria, luego es un error gordo. No sé, con estos problemas uno no sabe si fiarse de este tipo de colecciones».