El usurpador

AL único dato obtenido por la policía sobre el asesino en serie de Washington, se añade otro no menos importante: se sabía que era muy buen tirador y ahora se sabe además que es muy buen madrugador. Sus víctimas, que aún no son más que ocho mientras escribo, fueron abatidas muy de madrugada, sobre las siete de la mañana o las ocho, que no son horas para matar a nadie. ¿Qué puede hacer la policía con tan escasos datos? Norteamérica tiene los mejores detectives del mundo, pero como también tiene los mejores asesinos, la cosa está bastante equilibrada. «Muerto Dios, yo soy Dios», ha escrito en una carta de admirable laconismo el que puede pasar a la historia como el criminal más desinteresado de todos los tiempos. Fue Nietzsche el primero que certificó el fallecimiento del Sumo Hacedor. Hubo un tiempo en el que su célebre frase aparecía reproducida en las paredes y en los muros de los templos. «Dios ha muerto. Firmado: Federico Nietzsche». Debajo, otros anónimos grafistas escribían con idénticos caracteres «Federico Nistzsche ha muerto. Firmado: Dios». El francotirador de Washington es sin duda un usurpador. Todos los investigadores coinciden en que no puede ser quien dice que es, pero mientras tanto siguen buscándolo. Creen que puede tratarse de una persona muy religiosa a la que le hubiera gustado ser el Ángel Rebelde, pero desistió ante el miedo a pillarse las alas cuando cerrase las puertas de su furgoneta blanca. El portavoz de la Casa del mismo color de la furgoneta ha declarado que el presidente Bush sigue con máximo interés la situación. Sus más cercanos colaboradores creen que sospecha de Sadam Husein, pero no está en disposición de aportar ninguna prueba. Además, está muy dolido en estos momentos. Eso de que el Premio Nobel de la Paz le haya sido otorgado a Carter le ha sentado como un tiro de los francotiradores de Estocolmo. «¿Contra quién va ese elogio?», se preguntaba Unamuno en ocasiones semejantes. El premio a Carter, gran mediador de conflictos, va contra Bush. El hombre lleva una mala racha.