GLOBALIZADOS
El medallista
ES uno de los grandes próceres de León. En todos los sentidos. Maneja un gran porte, ostenta un gran mostacho y, además, es uno de los hombres más condecorado y laureado de la provincia de León y, probablemene, de España. Navarro de nacimiento -aunque leonés por lo del refrán aquel castellano que dice «uno no es de donde nace, sino de donde pace»-, es ejemplo del típico profesor de la Universidad de León, recordado por todos aquellos alumnos que han escuchado su engolado discurso. Un maestro inolvidable de Historia del Derecho, sin duda. Además es alguien imprescindible para la política leonesa, pero sobre todo para la castellana, no se vaya a olvidar quiénes son los que le recompensan sus servicios. Un representante autonómico notable, que ofrece respuestas de grandes titulares a las inadecuadas peticiones de la molesta oposición, como la que brindó a todos con el circuito de velocidad de La Bañeza. De primera página. Además es un ideólogo insustituible para el PP, ya que se encarga de redactar el atinado programa electoral para beneficiar a todos y cada uno de los ciudadanos de esta autonomía y provincia. Y humilde, muy humilde. Capaz de dejar el puesto de senador a Juan José Lucas, para que asuma el puesto de presidente de la Cámara Alta «por el bien de España». Y luego, algunos se befan y mofan de que tenga tantas medallas, y que le guste lucirlas en toda ocasión, como la encomienda de Isabel la Católica que le han concedido ahora por su paso por el Senado. Un español como él no podría ir sin demostrar a todos que Arvizu es de la elite; faltaría más.