CGPJ
Un regalito de la ya cercana primavera, va a ser sin duda, llegar al acuerdo de poder nombrar a los Jueces del CGPJ, sin que llegue la sangre al rio. Difícil. Muy difícil. Pero ya estamos en la rampa de salida. Hasta este momento conocemos, por boca de secretario general del PP, que su partido ha reclamado, para llegar a un acuerdo que el partido Unidas Podemos, no debe participar en las conversaciones para llegar al acuerdo final. Dice el Sr. García Egea que es condición sine qua non para que participe en esas conversaciones, el propio PP. De modo que estamos de nuevo en otra casilla de salida para iniciar nueva y desconocida ruta. Esto es un sin vivir. La realidad es que ahora el presidente, seguramente obligado por Iglesias, sí está contando con UP para las famosas conversaciones.
¿Quien está perdiendo con todo esto? Los de siempre. Usted y yo. Tenemos, el ciudadano que cumple con sus obligaciones, una especie de estigma que nos hace ser víctima de los desacuerdos del gobierno con la oposición. Nunca sale negro y par, siempre el premio se lo lleva rojo e impar. El marrón que se está decidiendo estos días del acuerdo para nombrar el CGPJ, es algo que viene de lejos. Más de dos años le vamos de retraso para llegar al esperado acuerdo. Eso, en si mismo, refleja la injusticia o el partidismo que se emplea en un tema tan delicado e importante como el que se trata. De nuevo parón y de nuevo agotadoras discusiones para llegar a nada. Por ahora.
Qué cantidad de tiempo perdido en éste y otros muchos asuntos que, estando en manos de una o varias conversaciones, nunca se llega al final. Y, mientras tanto el Gobierno, que tiene la sartén por el mango, abusa de su privilegio y hace las cosas cuando le viene en gana. Consecuencia de todo esto; no es de extrañar que siempre España está a la cola o muy cerca de ella, cuando de resolver asuntos de interés nacional se trata. Estas situaciones nuestros vecinos de fuera las ven y las califican. Nosotros, el gobierno, desde dentro no es capaz de ceder en aquellos temas que la lógica clama a gritos por una solución pactada que beneficie al país. Desgraciadamente esa en nuestra situación. No ya en llegar al acuerdo, muy esperado, del CGPJ. Cualquier asunto que necesite de pactos entre el gobierno y el principal partido de la oposición, nace muerto y no hay quien le insufle vida. O sea mientras vivamos esta situación, no avanzaremos al ritmo que reclaman los tiempos que vivimos. La llave existe pero ¿en poder de quien está?
Otro tema que viene empujando y que traerá cola y mucha tinta es el anuncio hecho por el presidente de la disponibilidad de 11.000 millones de euros para ayudas a los pequeños comercios como contraprestación a lo que están sufriendo, y aguantando la pandemia ni sabemos como. ¿Cómo puede hacerse un anuncio de esa forma tan incompleta y ruin? ¿Quienes serán los beneficiarios? ¿De qué forma? ¿Que cantidades exactas o por cientos y a quienes? Y sobre todo; ¿cuando toma efecto, de verdad, para que la gente destinataria de esas ayudas, las tengan en sus manos? Es un desastre el cómo se lleva a cabo cualquier noticia positiva para el ciudadano. Se vende la piel del oso, mucho, muchísimo antes de darle caza. Y eso no es forma. ¿Es consciente el Gobierno de la cantidad de veces que ha anunciado ayudas que al día de hoy no han llegado? ¿A eso se llama pensar de verdad en el bienestar de las gentes? Seguimos igual. O peor. ¿Hasta cuando?. Usted tiene la palabra, perdón, el voto.