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Publicado por
León

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EN el asalto al teatro de Moscú para liberar a los rehenes se han registrado ya 119 muertos, sin contar terroristas, pero las cifras no son definitivas. Como escribió aquel inolvidable cronista de sucesos, en ocasión de un accidente ferroviario, «el número de muertos aumenta a medida que fallecen los heridos de mayor gravedad». Ahora, un grupo de médicos rusos denuncia que muchos rehenes podrían haber sido salvados. El rescate se produjo a todo gas, pero los médicos ignoraban su composición y, por lo tanto, el tratamiento para combatir su acción tóxica. En España se habla de otras víctimas, rehenes de la esperanza, y de otros métodos curativos. La Guardia Civil ha desmantelado una red que vendía medicamentos ilegales a enfermos de cáncer, sida y hepatitis. Entre los 23 detenidos había 13 médicos, 3 homeópatas, un farmacéutico y un abogado. En un laboratorio de El Escorial fabricaban el BIO-BAC, que es como la purga de Benito, pero más caro. Las organizaciones de consumidores están convencidas de que este caso es sólo la punta del iceberg de la venta de fármacos ilegales en Internet. Resulta suficiente para helarnos el corazón. A los mercaderes de esperanza se les acusa de delitos contra la salud pública, intrusismo profesional y estafa, pero hay cosas más graves que esas que quizá no están tipificadas: sus clientes eran enfermos que soñaban con su curación y todos sabemos que en los estados de desvalimiento hay que aferrarse a algo. Unos van a una clínica americana carísima y otros hacen una excursión a Lourdes, que sale más barato. Algunos cambian de médico y acuden a un curandero famosísimo en su barrio. Ignoran que un buen médico es siempre un curandero que ha estudiado la carrera de Medicina, un psicólogo y una persona que está obligada a derrochar paciencia con sus pacientes. La esperanza, a la que Shakespeare llama «engañosa», se vendía en Internet, a sabiendas de que estaba adulterada. No lamentaríamos que los desalmados comerciantes ingresaran en la misma cárcel donde entró el asesino de ancianas.

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