¿Podemos solucionar la España Vaciada?
Cuando oigo, escucho o veo decir «España nos roba», automáticamente pienso en Cataluña. Es una frase meditada, falsa y muy rebatible, tanto que fácilmente se puede convertir en «Cataluña nos ha robado y nos roba».
Yo quiero ir más allá y manifiesto con convicción, que los leoneses podemos demostrar que «España nos roba», pero y sobre todo que «Castilla nos roba». No sé quien acuño el lema de «la España vaciada», ni quien manifiesta que la cultura, es la dinamizadora de la vida y la economía de los pueblos (que es una realidad como un templo) pero que cuando las oigo, no veo más allá que palabras vacías, citadas en momentos concretos y en un contexto «buscado», casi siempre emitida por un político.
El o los dinamizadores de la España vacía y en concreto de León por lo que nos toca, pasa por rehabilitar la ganadería y la agricultura contra la despoblación. Si esto lo «rellenamos» con algo que siempre tuvimos como son escuelas, médicos, farmacias, oficinas de correos, oficinas de bancos, cajeros automáticos y algo muy importante «conectividad».
Si la medicina vía telefónica ha venido para quedarse, si la banca ha desaparecido y el recurso es la banca online, si queremos asentar a la población y no de manera artificial es precisa la conectividad de «verdad». Es preciso que hasta el último pueblo de León y de la España que está en las mismas condiciones que León, llegue la conexión a internet y la telefonía móvil con los «megas» que sean necesarios. Es por esto que al referirnos a la España vaciada no solo debemos referirnos a la despoblación, también a los contenidos sociales y económicos de los que nos han despojado. A día de hoy y aunque me pese, repoblar sin duda pasa por internet como arma de trabajo.
Ya existió en las últimas elecciones generales un movimiento autodenominado: La España Vaciada que amagó con concurrir a las elecciones generales si el plan (¿?) contra la despoblación fallaba. Pues bien el plan ha fallado y seguirá fallando, por lo que podría ser el momento de «asaltar» el Congreso en las próximas elecciones de 2023 o antes si estas se convocan. ¿Cómo? Como una opción política. Con diputados que es lo que da y quita «pelas» (que se lo pregunten a los vascos o catalanes). Una plataforma nacional? Tal vez. Podrá ser un fracaso total, o podría ser una enorme solución. Los votos son las únicas armas que entienden a día de hoy los gobiernos.
De nosotros dependen las medidas de fuerza y de lucha por nuestra identidad y por devolver a nuestros pueblos al menos cuanto nos han y están quitando.
Para corregir injusticias «invisibles» que se han acumulado durante décadas, es para lo que parece ser que las autoridades españolas se reunieron en Soria debatiendo «soluciones».
Me resulta algo así como que intentan «rellenar» algo que es muy difícil de rellenar. Retomar algún problema la mayoría de las veces persigue «olvidarlo más». Refrescar problemas, es algo con lo que empatizan mucho nuestros políticos, aunque solo cuando se debate, que suele ser cuando se tiene en el horizonte unas elecciones. Exponer las razones por las que se ha producido «la España Vaciada» puede ser de poca utilidad, si las mismas razones de sobra conocidas siguen en los fondos de los cajones en los que fueron depositados.
Ha bastado que algunas pancartas y personas se hayan manifestado en público y en el Congreso para que todos los medios se hayan dedicado a exponer la realidad de la España vaciada. Lo cierto, lo real, es que a día de hoy la centralidad nos está comiendo el terreno. En nuestro caso a las provincias del Reino de León en beneficio del «eje» de Castilla situado en Valladolid.
Porque veamos: León tenía en 1981, 524.491 habitantes. Esta población comenzó a bajar aceleradamente, favorecida por nuestro «ingreso» en la CC AA de Castilla y León hasta el punto que en 2020 la provincia sumaba 451.436 habitantes. Solo este año perdimos 5.003 habitantes. Desde 1981 hemos perdido 103.055 habitantes y casi todos ellos del medio rural y del menos cercano a la capital.
Esta trayectoria se ha conseguido gracias a las políticas de personajes como Óscar Puente (socialista de apellido), el vicepresidente de la Junta señor Igea (residuo del partido de Ciudadanos) y el popular señor Manueco. La política de estos tres señores ha sido y es seguir el esquema de las políticas del franquismo: «del pueblo a la ciudad», siendo la ciudad Valladolid y el pueblo los habitantes de CyL. El éxodo rural fue más denso en la 2ª parte del siglo XX y lo está siendo en el primer cuarto del XXI.
Mientras la solución a la España rural se debatía en Soria, las noticias negativas siguen cayendo día tras día. Una noticia: «La ciencia se rebela contra la JCyL. Investigadores de León, Valladolid y Salamanca critican que la Junta no prorrogue el contrato a 150 científicos».
Otra: Mientras esto pasaba, al tiempo el señor Ovejero gestaba el traslado de la sede social de León a Madrid y esto mientras sus trabajadores se manifestaban.
Y mientras se hacían públicas estas noticias, los presidentes del gobierno central y autonómico, además de representantes de todos los partidos políticos se reunían en Soria para dar solución a situaciones que cada día se van produciendo. Todos los reunidos «atinaron» cuáles son los problemas y como se podrían solucionar: Financiación autonómica, infraestructuras (red viaria, carreteras…) igualdad en el acceso a los servicios, conexión a internet eficaz y sobre todo apoyo a la agricultura y la ganadería. Incluso de una fiscalidad atractiva que impulse a emprendedores y al teletrabajo y bla, bla bla… Soluciones, ninguna, todo en condicional, estaban como pendientes de salir del paso y el resultado: «ningún pacto», ninguna realidad, frases grandilocuentes…
El señor presidente del Gobierno nos avanzó una serie de «soluciones» que no nos convencen. Pero como en dos años habrá elecciones o antes, pues a prometer: «desplegar acciones»; ser «tangible»; «ser reversible»; inaplazable, urgente e impostergable»; «a largo plazo»; «juntos y unidos»…
Señor presidente, nosotros queremos menos medidas, pero !ya¡ y que nos dé la parte de los 10.000.000 millones de los fondos europeos que nos corresponde. Nosotros, «algo haremos con ellos». Porque lo de una «España viva y habilitada» tendrá que decirnos como en tan solo dos años… se darán las condiciones, de las que usted habla. Aunque de los fondos, con tantos comensales dudo que nos llegue algo. Me pregunto y no como broma, si algunos de los llegados a Soria, no se habrán perdido por el camino, ni en que medio se trasladaron desde Madrid o desde donde llegaran a Soria.
No debe ser fácil en medios públicos. En 24 horas casi imposible. Lo que sí sabemos es que el señor Sánchez «voló con su helicóptero y sus gafas de volar». La España vaciada, seguirá vaciándose…alguien lo duda? O podremos cambiarla los que la sentimos? Todo es posible. Los leoneses debemos rearmarnos y luchar.