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Publicado por
Flory Fernández Castro
León

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Son contadas las ocasiones en que en un barrio cabe la posibilidad de construir una infraestructura para el desarrollo de su convivencia social, cultural y deportiva.

Puente Castro arrastra una deuda en cuanto a este tipo de dotaciones municipales, y no es una deuda de las que suenen a capricho del vecindario.

El desarrollo del polígono de Viproelco, con fondos económicos de varias administraciones, llevaba implícita la construcción de un centro cívico y de tecnificación deportiva, cuyo retraso y modificación se han dado a lo largo de casi quince años, sumándose a ello la desaparición a manos municipales sobre la legislatura del 2008 de los fondos aportados por Caja España

Distintos equipos de gobierno donde la realidad, o el destino, ponen en manos del engaño siempre a los mismos grupos políticos como vendedores de humo en forma de regalos que a este humilde barrio han ofrecido una y otra vez.

La falta de memoria de la ciudadanía, del vecindario, hacen favor a tanta fechoría que los amigos del pensamiento político que ocupa la poltrona (también los socios de gobierno) ven bien, incluso aplauden, por encima de mirar si en un futuro seguiremos con el discurso del maltrato municipal recibido, la culpa tan socorrida a la Junta o a cualquiera que se ponga por delante, mientras los cómplices callan hoy por lo que no nos dan, por lo que nos quitan de lo aprobado y celebran que nos vendan después de quince años, una vez mas, una equipación que ya era nuestra, pero ahora mermada.

Deportivamente no somos mancos aquí, sobre todo si hablamos de fútbol: contamos con el campo de fútbol del Golpejar (por la denominación del camino de Golpejar que pasa por delante, hoy calle Jacinto Barrio Aller) y un campo de hierba artificial que para su construcción quito parte de juegos de un parque al barrio. Todo ello es municipal, pero de uso exclusivo del FC Puente Castro.

Los cómplices callan hoy por lo que no nos dan, por lo que nos quitan de lo aprobado y celebran que nos vendan después de quince años, una vez mas, una equipación que ya era nuestra

También contamos desde hace años con el área deportiva de Puente Castro donde entrena la cultural y se desarrollan otro tipo de eventos, así como actividades de escuelas deportivas entre otras. ¿Dónde quedamos los vecinos sin exclusividades y la parte que nos corresponde del deporte y del centro cívico aprobado?

Algunos ven en el proyecto deportivo la panacea para hacer su campaña política, pero locierto es que no miran realmente para el futuro del barrio.

Un equipamiento aprobado con centro cívico y polideportivo multidisciplinar a nadie quita y sin duda alguna mucho aporta a futuras generaciones.

Parece que aquí la prioridad es que si a ti te gusta el deporte y ademas te presentas por un partido político, puedas ningunear la vida social de tus vecinos.

Luchar por un desarrollo equilibrado hace que la premisa sea pedir lo justo, lo mejor, lo que ya era nuestro, por encima de las aficiones personales, por encima de la ideología, dejando a un lado la complicidad con el engaño municipal que durante años venimos padeciendo.

Si bien es todo un acierto cambiar la ubicación del proyecto desde la parcela original del polígono de Viproelco lindando con la parte trasera del colegio publico, para ocupar ahora la parcela de equipamientos del polígono de Santo Tomás-Puente Castro Sur ,donde pretendían desarrollar las viviendas sociales, habría que saber también qué usos se darán ahora a aquella parcela que quedara libre de sus destino inicial.

Hagamos bien las cosas de una vez por todas: hay que completar el edificio con los usos que iba tener el proyecto aprobado ya en sesión plenaria en 2007, es necesario hacer el centro cívico a la par, para dejar zanjada una de las muchas deudas y engaños padecidos por este barrio periférico, que observa repetidamente como bailan las cifras, como las migajas de dinero caen aquí para temas importantes como lo es un centro cívico y deportivo que ya era nuestro o para el sondeo del pozo del caño, obra parada durante meses, mientras vivimos ojipláticos en la actual legislatura, el despilfarro de las arcas municipales que destinan casi medio millón de euros para peatonalizar y pintar Ordoño, a falta de necesidad de ello ya que se había ejecutado la obra de la avenida un año antes.

Tampoco las placas purpura del callejero, sembradas con duplicidad y por lo tanto sin necesidad por Puente Castro, deberían de aparcar la intención de mejorar de verdad el barrio. El momento económico de la administración local es hoy distinto, abundante y el retraso de aquellos casi tres millones que costaba, según palabras y promesas de de Francisco Fernández, alcalde que fue del PSOE , no pueden quedarse hoy en una merma del proyecto y del dinero que ya estaba destinado para ello hace casi quince años.