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Publicado por
León

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LA educación es la gran palanca de los poderes públicos para conseguir la igualdad de oportunidades de los jóvenes para integrarse en la sociedad a través del trabajo. Esta es una formulación moderna del papel de los poderes públicos como gestores del interés general. Contempla el principio de igualdad de oportunidades como elemento de cohesión social. Y entiende que el trabajo es medio de dignificación individual y vía de integración social. O sea, no un coste más de la producción o un epígrafe más (costes laborales) en la cuenta de resultados. Esa formulación de la política educativa, perfectamente asumible por el socialismo y el humanismo cristiano, no es incompatible con el sustrato neoliberal que anima las políticas del Gobierno Aznar mediante la identificación mecánica de Sociedad y Mercado, propia de la derecha. Y por tanto, frontera con la izquierda. Se supone que los defensores de la Ley de Calidad de la Educación, tal y como ha salido del Congreso camino del Senado, asume las tesis del PP, según las cuales de lo que se trata es de formar capital humano para una más eficiente incorporación de los jóvenes al mercado laboral. He ahí una concepción más economicista y menos humanista, aunque, insisto, ambas son compatibles. La Ley Castillo -nunca mejor dicho, por su resistencia frente a tantos detractores- puede reducir los índices de fracaso escolar. Tal vez acabe generando oleadas de jóvenes mejor formados para una más eficiente utilización del capital humano en el sistema productivo. Es muy posible. Pero lo que se gane en eficiencia se perderá en cohesión social. Porque la apuesta por la enseñanza privada en detrimento de la pública, el sistema de «itinerarios» y «controles de calidad» (apresurada selección de aspirantes no precisamente natural), así como la excesiva centralización en detrimento de las competencias autonómicas, son otros tantos heraldos del malestar. Así puede malograrse la aplicación de una Ley que va a nacer con la enemiga en amplios sectores políticos, sociales y de la propia comunidad educativa.