Acceso al cementerio y autoridad competente El Rosario como camino de paz Acceso al cementerio y autoridad competente El Rosario como camino de paz
Supongo que yo no seré el único afectado por un incompetente, engreído y prepotente agente de la Policía Local de Tráfico. Agente, cuyo único cometido en la mañana del día 1 de noviembre, era impedir a toda costa que nadie pasara desde Puente Castro hacia León por la Avenida Alcalde Miguel Castaño. Dado el dispositivo de tráfico, era imposible estacionar o entrar en los números 89 y 91 de dicha avenida, sin realizar un cambio de sentido a la altura de la gasolinera de Puente Castro. Pues bien, tonto de mí, eso fue lo que hice. Pensaba que el agente allí situado se daría cuenta, comprendería y podría aparcar sin problemas. Pero no, allí estaba él, el agente, defendiendo a capa y espada, más bien a grito e insulto, que nadie osara pasar por su reino. Porque intentaba hacerle comprender que sólo iba a aparcar en este número y luego saldría en el sentido que ellos indicaran, le daba igual, yo no pasaba, 100 metros y yo no pasaba. Tras varios intentos, se le ocurre pedir documentación, para sancionar claro, su único argumento. Se acerca mi novia, a la que yo iba a buscar, y su padre, para demostrarle que era verdad, que iba a aparcar allí para recogerla. En este momento pierde los papeles, su nerviosismo evidente aumenta y para imponer su autoridad comienza a insultar a mi novia, a su padre y a mí cuando intento hacerle ver lo estúpido de su actitud. Continua diciendo que -allí se hace lo que a el le salga de los ...- lugar aumentado por el hecho de llevar placa y pistola. Como ya veía que era imposible toda forma de entendimiento racional, le insté a que terminara de extender las recetas y me dejara salir. Una vez entregadas dos multas, le pregunto cuál era la forma para poder aparcar en el portal del número 91. «Lea el periódico, que allí lo pone» esta fue su respuesta en un intento de ayudar e informar al ciudadano. Ante esta actitud le digo que puede estar orgulloso del trabajo que realiza, a lo que contesta que «por supuesto, mucho». En fin señor agente, cuando me marchaba de allí, pensaba, que lo más triste de todo esto es que individuos como usted, carentes de toda capacidad de pensar, de mantener la calma para arreglar los problemas que le surjan, sin ningún respeto por el ciudadano al que debe controlar y ayudar, tengan pistola, placa y capacidad de sancionar. Cuando deberían de estar colocados en lo más parecido a una jaula para no estropear el nombre del cerpo de policía.En fin, vista tal demostración de autoridad, hoy dormiré mucho menos tranquilo. Rubén Díez Sánchez (León). Mientras que unos pretenden conseguir la paz y estabilidad de nuestro querido Planeta Azul bombardeando Irak, y otros intentan hacerlo mediante interminables reuniones en la ONU, hay una persona tan anciana de cuerpo como joven de espíritu que ha propuesto el camino más inteligente y eficaz: rezar el Rosario a la Reina de la Paz. Juan Pablo II ha escrito una impresionante Carta Apostólica, que lleva por título Rosarium Virginis Mariae y ha declarado Año del Rosario al período comprendido entre octubre de 2002 hasta octubre de 2003. (Se puede bajar este documento de la Red, en distintos idiomas, a través de www.vatican.va). Este camino del rezo del Rosario es el mismo que la Virgen propuso a tres pastorcillos en Fátima para lograr la paz en 1917. También ahora es el camino sabio para lograr que Dios transforme el interior de las personas, cambiando el resentimiento por la paz y el perdón. El que no se lo crea, puede hacer la prueba. Fernando Silvit (Madrid). Supongo que yo no seré el único afectado por un incompetente, engreído y prepotente agente de la Policía Local de Tráfico. Agente, cuyo único cometido en la mañana del día 1 de noviembre, era impedir a toda costa que nadie pasara desde Puente Castro hacia León por la Avenida Alcalde Miguel Castaño. Dado el dispositivo de tráfico, era imposible estacionar o entrar en los números 89 y 91 de dicha avenida, sin realizar un cambio de sentido a la altura de la gasolinera de Puente Castro. Pues bien, tonto de mí, eso fue lo que hice. Pensaba que el agente allí situado se daría cuenta, comprendería y podría aparcar sin problemas. Pero no, allí estaba él, el agente, defendiendo a capa y espada, más bien a grito e insulto, que nadie osara pasar por su reino. Porque intentaba hacerle comprender que sólo iba a aparcar en este número y luego saldría en el sentido que ellos indicaran, le daba igual, yo no pasaba, 100 metros y yo no pasaba. Tras varios intentos, se le ocurre pedir documentación, para sancionar claro, su único argumento. Se acerca mi novia, a la que yo iba a buscar, y su padre, para demostrarle que era verdad, que iba a aparcar allí para recogerla. En este momento pierde los papeles, su nerviosismo evidente aumenta y para imponer su autoridad comienza a insultar a mi novia, a su padre y a mí cuando intento hacerle ver lo estúpido de su actitud. Continua diciendo que -allí se hace lo que a el le salga de los ...- lugar aumentado por el hecho de llevar placa y pistola. Como ya veía que era imposible toda forma de entendimiento racional, le insté a que terminara de extender las recetas y me dejara salir. Una vez entregadas dos multas, le pregunto cuál era la forma para poder aparcar en el portal del número 91. «Lea el periódico, que allí lo pone» esta fue su respuesta en un intento de ayudar e informar al ciudadano. Ante esta actitud le digo que puede estar orgulloso del trabajo que realiza, a lo que contesta que «por supuesto, mucho». En fin señor agente, cuando me marchaba de allí, pensaba, que lo más triste de todo esto es que individuos como usted, carentes de toda capacidad de pensar, de mantener la calma para arreglar los problemas que le surjan, sin ningún respeto por el ciudadano al que debe controlar y ayudar, tengan pistola, placa y capacidad de sancionar. Cuando deberían de estar colocados en lo más parecido a una jaula para no estropear el nombre del cerpo de policía.En fin, vista tal demostración de autoridad, hoy dormiré mucho menos tranquilo. Rubén Díez Sánchez (León). Mientras que unos pretenden conseguir la paz y estabilidad de nuestro querido Planeta Azul bombardeando Irak, y otros intentan hacerlo mediante interminables reuniones en la ONU, hay una persona tan anciana de cuerpo como joven de espíritu que ha propuesto el camino más inteligente y eficaz: rezar el Rosario a la Reina de la Paz. Juan Pablo II ha escrito una impresionante Carta Apostólica, que lleva por título Rosarium Virginis Mariae y ha declarado Año del Rosario al período comprendido entre octubre de 2002 hasta octubre de 2003. (Se puede bajar este documento de la Red, en distintos idiomas, a través de www.vatican.va). Este camino del rezo del Rosario es el mismo que la Virgen propuso a tres pastorcillos en Fátima para lograr la paz en 1917. También ahora es el camino sabio para lograr que Dios transforme el interior de las personas, cambiando el resentimiento por la paz y el perdón. El que no se lo crea, puede hacer la prueba. Fernando Silvit (Madrid).