El Húmedo tiene futuro

LOS leoneses podrán tardar uno, cinco o diez años, pero terminarán dándose cuenta de que el Barrio Húmedo no es el lugar apropiado para acoger la marcha nocturna de la ciudad. Se trata de una zona con solera y con un encanto especial, pero también se trata de un barrio con calles estrechas, con infraestructuras antiguas y que necesita un cuidado y un mimo especial de cara al futuro. Además, muchos de los locales de copas no están bien insonorizados, otra buena parte de ellos no cumple las medidas de seguridad mínimas ni en relación al aforo ni mucho menos con las salidas de emergencia. Por último, la mayor parte de estos locales funcionan con licencias que no están ajustadas a la actividad que realizan. Tampoco se entiende que el Ayuntamiento continúe concediendo licencias para abrir nuevos discobares y hasta discotecas en una zona que pronto será considerada de saturación acústica. El camino es el inverso y el problema viene de largo. En su día, se fue más permisivo de lo deseable y los locales abusaron de ello con total impunidad. Bares abiertos hasta las ocho de la mañana, música a tope, gente gritando por la calle, mobiliario urbano destrozado, vomitonas, etcétera. Ahora, la situación es similar, con la excepción de que se produce dos o tres horas antes. El Ayuntamiento ha acertado anticipando la hora de cierre e, incluso, ha incrementado la presencia policial, pero sigue sin entenderse el por qué de nuevas licencias y la no aplicación de la legislación en materia de insonorización y seguridad. En todo caso, se vislumbran posibles soluciones para liberar al Húmedo de tan pesada carga y concederle el status de barrio de restaurantes de calidad, de tapeo y, como mucho, de primeras copas. Nada más. Comienzan a barajarse zonas más alejadas del centro para convertirlas en destino de la marcha a partir de las dos o las tres de la mañana. Zonas en las que no se moleste a los vecinos. Han sido muchas ciudades ya (Lisboa, Barcelona, Oviedo...) las que han optado por ofrecer a sus jóvenes marcha hasta el amanecer sin devaluar el centro.