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Publicado por
León

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EN cuanto viene un puente sin noticias políticas, aparecen los productos de la imaginación. Y a veces, los fantasmas. Dado que no hay un tema puntual, se acude a los temas de vigencia permanente. Por ejemplo, la sucesión del señor Aznar. Este puente de Todos los Santos ha sido, por ello, «el puente de la sucesión». Fueron los días en que se hicieron cábalas sobre qué interesa al PP: adelantar los inescrutables designios del Señor o mantener el misterio. Un periódico dio la gran exclusiva: Rodrigo Rato le anunció a Aznar que se quita la careta y quiere estar en la carrera. A partir de ahí, los grandes líderes del PP sufren una especie de maldición: si se les ocurre hacer un buen discurso, no es que hablen bien o digan cosas interesantes. Es que están lanzando su candidatura. Se vio el lunes: Mayor Oreja y Rato hablaron en una convención de dirigentes populares celebrada en Trujillo. ¿Y cuál fue la interpretación de parte de la prensa? Que «presentan sus credenciales para la sucesión», dijo un periódico de Madrid. O que «toman las riendas del PP», según la visión de otro. ¿Que Mayor Oreja denuncia que el PSOE pretende cambiar el modelo de estado? ¡Eso es lo de menos! Lo importante es que se ha puesto en la carrera. ¿Y así vamos a pasar los próximos 18 meses? Es de temer. Con lo cual, sólo se puede dar un consejo al aspirante: absténgase usted de mostrarse inteligente en público. Sea cauto, modere sus expresiones, no diga nada importante, ni trate de ser original. Ya sabe que hay que mantener un perfil bajo, como tímido e inocentón. La cabeza que sobresale en estos casos puede ser cortada sin piedad. Si usted destaca como el primero de la clase, corre el gravísimo peligro de suscitar los recelos de todos los demás. Así que es usted como la perfecta casada de Fray Luis: la pata quebrada, y en casa. Y en boca cerrada no entran moscas.