Despegar la póliza

LO que es la envidia: en vez de nombrar al cura Castillejo, presidente de Cajasur, Califa, como han hecho con El Cordobés, lo que quieren es que renuncie al buen pasar que se había buscado, que más que bueno era magnífico. La gente no acaba de comprender que un siervo de Dios quiera vivir como Dios y se pregunta, no ya si la póliza de 2,9 millones de euros para la jubilación del bursátil sacerdote es legal, sino si es lícita. La verdad es que equivale al sueldo de la mitad de los abnegados párrocos españoles, todos juntos, pero también es cierto que quienes predican el Evangelio no suelen presidir las Cajas de Ahorro. El suyo es un caso muy especial. No vayamos a confundir el monte Sinaí con el Monte de Piedad. ¿Hay algo que impida que un cura haga voto de riqueza? Se lo tengo que preguntar a Ramón Buxarrais, que dejó de ser obispo para irse a cuidar enfermos, o a mi querido Padre Juan Bosco, el carmelita con el que seguí, paso a paso, los terrenales caminos de San Juan de la Cruz. Ya sé que de todo hay en la viña del Señor, pero la cosecha de Castillejo es de las que hacen época. Está claro que no quiere ser como los lirios del valle, pero como los demás tampoco son lilas, se le ha echado encima la afición. La alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, recurre, quizá por primera vez en su vida, a la Iglesia y la pide que intervenga. A su juicio, es «éticamente injustificable» la pensión millonaria que se trajinó alguien obligado a dar buen ejemplo. El secretario general del PSOE de Córdoba se ha expresado todavía con menor reserva. «Castillejo debe pedir disculpas públicamente y después marcharse», ha dicho. También él pide, al ver que se ha formado el lío padre, una urgente intervención de la Santa Madre Iglesia. Total, que exceptuando a las cuatro hermanas del cura, nadie está conforme con la póliza. El problema es cómo se despega, que también hay que tener vergüenza para despegar un sello. El otro problema, el que presuntamente tienen los ricos para entrar en el reino de los cielos, es menos acuciante.