«¡Eh, guardias!»
LAS más importantes masas encefálicas gubernamentales, que sumadas y pesadas equivaldrían al cerebro de Severo Ochoa, que en paz descanse, por poner un ejemplo, han hallado la solución del problema de la inseguridad ciudadana: más policías, más guardias civiles -del sexo que sean, incluso de los dos-, más cárceles, más penas para los que reincidan. ¿Cómo no va a parecernos bien a las personas decentes o sea, a las que hemos tenido posibilidad de serlo, que no nos atraquen a porta gayola, o de costadillo, o de frente por detrás?. Lo que ocurre es que en vez de aumentar el número de agentes del orden público estimamos que es preferible disminuir el número de ladrones. Y eso no se consigue edificando más penales, sino disuadiendo a la clientela. Aún no se ha realizado la estadística, pero es muy probable que por cada cien puestos de trabajo creados haga falta un carcelero menos. Los ejes del Plan de Lucha contra la Delincuencia elaborados por el PP atienden más a sus afectos que a las causas que la originan. (También el PSOE pide 45.000 nuevos agentes para los cinco años próximos). Quiere decirse que los partidos que nos merecemos están de acuerdo en casi todo, salvo en cuál de ellos debe ocupar el poder. La verdad es que ahora no se ve un guardia ni para un remedio ni para una enfermedad. Así como en Canadá se creó la Policía Montada, nosotros hemos creado la Policía Invisible. No es que sea traslúcida, sino que en vez de patrullar en la calle prefiere hacerlo en su hogar. Ya nadie dice «¡Eh, guardias!». Sólo dice «¡Eh!», pero después de haber dicho «¡Ay!». El desamparo de los contribuyentes ha llegado a un punto que incluso se han dado cuenta del riesgo que corren los transeúntes quienes van en coches blindados, protegidos por corpulentos primates. Un poeta «beatnik» lo dijo muy bien: «Tú eres bueno porque llevas una buena vida». Exceptuando alguna que otra vocación irrefrenable, la delincuencia se nutre de quienes llevan una mala vida. Su número disminuiría si se les proporcionara la posibilidad de una mejor. Con más oportunidades, no con más guardias.