La economía

LA Bolsa no funciona y millones de pequeños inversores han visto que el crecimiento de sus inversiones se ha quedado en nada. No se puede vivir de las rentas. El precio de las viviendas ha subido tanto como ha bajado la Bolsa. Aunque se genera empleo y muchas personas se apuntan a la búsqueda de un nuevo trabajo, el desempleo está creciendo. Ha cambiado la tendencia. La inflación está descontrolada. ¿España va bien? Es cierto que crecemos más que los países de nuestro entorno y que las previsiones apuntan que va a seguir siendo así en 2003. El Partido Popular lleva ya seis años en el Gobierno, ha tenido tiempo de cumplir su programa y todo indica que está perdiendo la batalla de la confianza. El deterioro que le está causando la oposición puede deberse a dos causas: que ésta, por fin, ha encontrado el flanco débil del Gobierno -la lejanía aparente a los problemas de los ciudadanos- o que el Gobierno no cree tener flancos débiles. A la oposición se le puede exigir un mínimo de rigor, pero cuando uno está en la oposición puede practicar aquella máxima de Quevedo de que «nadie ofrece tanto como el que no piensa cumplir». El Gobierno es otra cosa y no puede andar defendiéndose con una descalificación permanente del contrario, ni siquiera cuando el pasado del oponente lo puede justificar. Algo debería cambiar el presidente Aznar -empezando por el estilo- si quiere que su sucesor tenga oportunidades reales de ganar las próximas elecciones. La política es importante. La economía, más. Pero lo peor sería la lejanía desde la soberbia.