Diario de León

EN EL FILO

Más inflación, menos Rato

Publicado por
César Alonso de los Ríos
León

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S una mala noticia, pero no la catástrofe», decía una de las grandes autoridades bancarias a propósito del crecimiento de la inflación. Del mismo modo puede hablarse de las consecuencias políticas de este mal dato económico. El crecimiento de la inflación afecta directamente no sólo las perspectivas electorales del PP, sino de Rodrigo Rato como candidato a la sucesión de José María Aznar. Si queda desprestigiada la política económica del gobierno, el ciudadano personalizará sus consecuencias. Es cierto que la salud económica de una sociedad no depende sólo ni de forma principal en la inflación y en este sentido tiene razón el Gobierno cuando valora el crecimiento económico de España como el más fuerte de Europa, junto al de Irlanda. La inflación es el dato económico más tangible. Se vive al día. Como lo es el precio del dinero. Otros, como el crecimiento del PIB, se perciben de forma menos llamativa y más a largo plazo aun cuando sus consecuencias sean tan decisivas como la creación de empleo. La inflación es cotidiana y, en buen sentido, demagógica. Es el encarecimiento de la cesta de la compra que va unida, no obstante, a una cierta alegría. Es definitiva tras el optimismo engañoso de la inflación está una dramática mueca social. Cuando la inflación llega a niveles altos. Y esa parece ser la marcha de nuestro proceso si tenemos en cuenta que hay varios factores que van a acelerarlo y muy concretamente las bajadas del precio del dinero y las bajadas de impuestos. Uno, se nos impone desde fuera; el otro, es pieza clave del programa electoral del PP, para las municipales y para las generales. El prestigio de los gobiernos populares ha estado basado en los pilares fundamentalmente: la corrección de la política económica (buena administración de los dineros públicos, déficit cero, solvencia de la Seguridad Social) y la estabilidad del Estado a partir de la defensa de la idea nacional. Ahora, el Gobierno pretendía añadir otro tercero: la seguridad ciudadana, muy relacionada al problema de la inmigración. De estas tres patas hay una que parece resquebrajarse; al menos se oyen ruidos alarmantes. Como me decía la gran autoridad bancaria, el proceso inflacionario no tiene por qué no ser corregible. De lo contrario, la perspectiva electoral del PP comenzará a estar más seriamente comprometida y, desde luego, la personal del ministro rato. De hecho, la de este ya está siendo cuestionada. Si las encuestas le daban como sucesor tras Jaime Mayor y a veces tras Mariano Rajoy, es de presumir que las distancias se estén acrecentando estos días. Es una regla muy simple: a más inflación, menos Rato.

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