EL BALCÓN DEL PUEBLO
La hambruna de los niños
LA foto de familia de los jefes de Estado y presidentes de Gobierno asistentes a la 12ª Cumbre Iberoamericana -con la ausencia notable de Fidel Castro, que no pone a remojar sus barbas- se parece mucho a la que inmortaliza cualquier promoción que cumple las bodas de plata. Todos impecables: traje oscuro y corbatas de seda. Otras fotos han velado su protagonismo: las de esos niños argentinos aquejados de desnutrición aguda. Son fotos de criaturas raquíticas que han conmocionado al mundo. Tanto o más que la noticia difundida un par de días antes dando cuenta de la muerte de cuatro niños en estado famélico en la provincia de Tucumán. Las fotos son espeluznantes: niños con bracitos y piernas como hilos de bramante, con ojos y chupetes que cubren casi todo su rostro. Son la dramática realidad de un país con más de un cuarto de millón de niños desnutridos. Un país en bancarrota en el que diariamente mueren más de una treintena de críos. ¿Cómo es posible que esto suceda en un país que produce alimentos para cubrir las necesidades de media Iberoamérica?. Y vuelve, como torda negra, la denuncia que gritaron los argentinos/leoneses durante su estancia en nuestra ciudad, con motrivo de su mes feliz gracias a la Operación Añoranza, promovida por la Diputación Provincial. La crítica situación socioeconómica de Argentina no es producto sólo de la desidia, sino también del pillaje y la corrupción política. Hace algunos meses, un dentista argentino que ejerce en Astorga, Indi, socio de la Cultural, amador hasta los huesos de su país, ponía el acento en la misma devastadora causa: los gobiernos corruptos que han sufrido desde la dictadura. Roban todos: los miembros del Ejecutivo, los gobernadores, diputados, alcaldes, senadores, todos. Una panda de ladrones, capaces incluso de desviar las ayudas para los niños. Todos están bajo sospecha: desde el Gobierno en pleno, a la Legislatura; desde los maestros, a los funcionarios. Es una cadena de malversación, con los peronistas en primera fila. Conmueve la declaración del ministro de la Producción, tal vez después de ver la muerte en los ojos limpios y sin brillo de los niños. Entre la ira y la impotencia, dijo ante las cámaras de televisión: «Argentina tiene una sociedad enferma y un grupo que gobierna que son unos hijos de puta», metiéndose él mismo en ese grupo. Causa vergüenza que en el país de las vacas, en el granero del mundo, los niños se mueran de hambre. Un país que exporta no sólo futbolistas, escritores o artistas, sino también carne, trigo, maiz o soja, no puede permitir que sus niños estén desnutridos, sin hoyitos en los nudillos o en los mofletes. ¿Cómo tolerar que mientras la hambruna borra la sonrisa de los niños, los caudillos «hijos de puta», ladrones a manos llenas, traficantes de armas y del honor se disputen a dentelladas la candidatura a la Presidencia?. Un país que permite esa canallada, ya carece hasta de esperanza.