Ciudad con halo

LA concesión de un importante reconocimiento europeo a la actuación urbanística del Ayuntamiento de León en el casco histórico viene a constatar la importancia de que las concejalías de urbanismo sean llevadas por arquitectos. Porque urbanismo es mucho más que aprobar o denegar licencias de obra. La actuación en el entorno de San Marcos es de las mejores de Europa. La Catedral pasó de ser un edificio encajonado a reinar sobre el espacio en el que fue construida. El estadio Amilivia y la Plaza de Toros establecen un hermoso diálogo de modernidad. El Auditorio y el edificio de la Junta soportan con nobleza el peso solemne del Hostal. En fin, soy de los cree que León ciudad, con sus retos pendientes, con sus aspectos mejorables, es una ciudad cada día más bella y más desprovista del siniestro vaho de la provincia acomplejada. León necesita suerte para cumplir con su destino de ciudad abarcable. Necesita esa suerte que depende de las decisiones de los demás, pero también aquella que sólo nosotros mismos podemos concederla. Siempre hay que estar haciendo ciudad, haciéndote, haciéndonos. La ciudad no es el centro y cuatro espacios emblemáticos, se suele argumentar. Y es verdad. Pero también lo es que todo proceso ha de llevar un ritmo. No soy pesimista sobre nuestro futuro, aunque las sombras repten por las esquinas, aunque nadie se puede sentir plenamente satisfecho si hay a su alrededor grupos desgraciados. León tiene un halo, vamos a llamarlo así. Y yo me alegro por ese premio. Porque es para mi ciudad. Es decir, para todos, hasta para quienes no les ha gustado.