Leviatán es el hombre

A mar es muy brava frente a la costa de la Muerte y los pescadores de Muxía, de Malpica, de Camariñas, miran las olas que golpean con furia la roca de los acantilados, a las que se agarran con fanatismo cósmico los percebes, sabiendo que depositan secretos de naufragios y orfandades. Luego se hace más sumisa la mar cuando se adentra en las rías bajas, donde se suavizan las mareas y el paisaje trágico adquiere una placidez luminosa y solemne. Desde la costa de la Muerte a la ría de Arosa van disminuyendo las cruces de piedra, recuerdos funerarios de la avidez de una mar implacable. Pero la mar no es, vivida desde las costas gallegas, el Leviatán monstruoso de la leyenda y las supersticiones. La marea negra no la produce el mar sino el hombre, cuya codicia, irresponsabilidad, desamor al planeta, falacia mercantil... el hombre en el aspecto más vil de su naturaleza es quien ha arruinado esta misma semana la belleza de muchos kilómetros de playas de Galicia, junto a la flora y la fauna que las habitan. Una imagen valdrá más que mil palabras, pero cuatro palabras de un pescador de Camariñas valen por mil imágenes: «Esto es la ruina». No sorprende que ante la magnitud de esta catástrofe el Gobierno se haya sentido inicialmente sobrecogido, sin ocultar su desorientación y atropellándose en las declaraciones, al apuntar en un primer momento el presidente a Gibraltar como responsable de lo que puede calificarse de tragedia, mientras un ministro, tal vez el más concernido, excusaba su ausencia del lugar de autos afirmando que deseaba huir de todo protagonismo. A las ausencias de los primeros días sucedió ayer una avalancha de políticos, ministros incluidos y hasta el presidente de la Xunta, en la zona más desdichada, observando todos la dirección del viento, huracanado por instantes, para ver si soplando del suroeste empujaba una gran mancha de fuel lejos de las rías bajas. Y, en esas circunstancias, con un barco francés absorbiendo sobre el mar la superficie de fuel, y otros barcos ya en camino, el líder socialista Zapatero anunció en Camariñas que el PSOE va a presentar un Plan Nacional de Salvamento marítimo y de Seguridad marítima porque «esto no puede continuar así». Habrá, sí, que desguazar los barcos petroleros basura de un solo casco, pero a ver quien les pone el cascabel, y adquirir medios para afrontar una situación como ésta, si es que llegara a repetirse. Habrá coletazos políticos por esta catástrofe, pero debiendo mirar todos los partidos hacia soluciones de futuro más que a las insuficiencias, pasividades y desorientaciones de este presente todavía continuo.