Un diseño apasionante

SILENCIO, se diseña. Se está diseñando el mapa de la televisión del futuro en España. ¿Quién lo dibuja?, le he preguntado a un alto cargo del Partido Popular. «Lo dibuja quien manda»; me respondió. Quiere decirse que los grandes perfiles se están construyendo en el Palacio de la Moncloa, y quizá con el sigilo y el esmero de quien prepara un gran asunto de Estado. Hasta ahora hemos visto dos grandes apuntes: a principios de semana, la incompatibilidad de la propiedad de cadenas nacionales y locales. Se trata de una decisión puramente política, y con visos de cortar la irrupción en el mercado de empresarios que el poder político no tenía previstos. Y ayer mismo, el Consejo de Ministros aprobó la absorción de Vía Digital por Sogecable. Es una decisión impuesta por el mercado. La experiencia vivida ha dicho que no hay sitio para dos plataformas. ¿Qué ocurrirá ahora? El primer paso es que las partes acepten las condiciones marcadas por el Ejecutivo. Desde el momento en que son impuestas por el Gobierno a unas empresas que pierden en el negocio centenares de millones de euros, tienen todo el aspecto de un trágala; pero también parecen lo mínimo que se puede exigir para disminuir la innegable estampa de monopolio. Y apunten ustedes un nombre para presidir la nueva plataforma: Rodolfo Martín Villa. Y ahora, falta por diseñar el mapa de la propiedad. La obligada venta de Antena 3 y la necesidad de darle un núcleo duro antes de su salida a Bolsa van a suscitar auténticas voracidades sin límite, empezando por las políticas. La salida de Prisa y Grupo Correo del mercado local va a abrir una curiosa subasta. Y después, cerrando el ciclo, la definitiva Ley de Televisión. Le ley vendrá después de los hechos consumados. Esta semana se ha abierto el mercado. Ya se admiten propuestas y ofertas. Con una anotación para los socialistas: los grandes empresarios que requiere una inversión así suelen ser de derechas.