Violencia y sexo

ANDA el Gobierno tan preocupado por la televisión, que ha decidido empotrar en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos la prohibición de que cadenas nacionales tengan también televisiones locales. Seguramente en el último barómetro del CIS esa era una de las preocupaciones básicas de los españoles. En el país vecino, Francia, andan inmersos en un gran debate sobre la necesidad de prohibir de 7.00 a 22.30 la violencia y el sexo en televisión para proteger a los más pequeños. Aquí lo que les preocupa es quién es el dueño. Según los contables, en España un niño ve al año 2.000 actos violentos, decenas de películas cargadas de violencia y agresiones sexuales, multitud de dibujos donde la agresividad es protagonista... a cualquier hora del día y en cualquier programa. Y cuando no hay películas, las televisiones emiten autopromociones explícitas. Pero no echemos la culpa sólo al Gobierno y a las televisiones. En los colegios, todas las mañanas, alumnos comentan el exhibicionismo pornográfico de programas como Crónicas marcianas y otros del mismo corte. Aquí podríamos estar en ese debate y el Gobierno y la oposición podrían preocuparse un poco más de la basura que genera basura. Pero no, lo importante es quién controla la televisión. Acabo de leer también que uno de los videojuegos para adultos más vendidos es que permite asesinar prostitutas después de haber mantenido relaciones con ellas y cosas por el estilo. ¿Les extraña lo que pasa luego en los campos de fútbol y en algunos colegios? ¿No se puede hacer una televisión respetuosa con la dignidad de las personas? ¿Una tele- visión con más seso y menos sexo? Sin duda, pero es más difícil.