Carta a Aida Ejemplo de deportividad Víctimas de la televisión basura
¡Hola Aida!! Soy María la niña de 2.º de Eso ¿Qué tal estás? Espero que bien y que te acuerdes de mí. Todavía no me hago a la idea de lo que ha pasado, tú no debías estar allí, no debías haber montado en ese coche. ¿Por qué las cosas son tan injustas? No tenías que haber muerto. Ahora mismo tenías que seguir estudiando como lo hacías, y llegar a la Universidad, uno de tus sueños. Te prometo que yo llegaré a la universidad, por ti, por tu sueño, el que no pudiste acabar. Me acuerdo de tu sonrisa siempre presente, tus ojos, esos ojazos que iluminaban tu cara y la bufanda de colores ¡esa bufanda! Todos los días puesta en tu cuello para abrigarte del frío. El día que me dieron la noticia no me lo creía, no me creía que fueras tú, no tenía que acabarse ahí tenías que haber seguido y todo por ese maldito coche y ese maldito accidente. Durante el recreo nadie jugaba, ni gritaba, todos llorando o callados. Al subir por las escaleras un silencio sepulcral. Tus amigas llorando, Sonia, Esther, Elena... por nombrar algunas, pero al fin y al cabo, todos te echamos de menos. Salán te ha escrito un cartel precioso donde ¡te ha puesto por las nubes! De verdad has dejado al colegio sin una parte, esa parte que eres tú. Pero nos has dejado una cosa: el recuerdo de quienes te conocíamos, ese recuerdo que siempre estará con nosotros y que nunca se podrá olvidar. Si algún día piensas en la gente que dejaste, después de acordarte de tu familia y de tus amigos, acuérdate de mí aunque sólo sea un instante, con eso me basta. Salán dijo que nos esperas allí en el cielo que pronto nos veríamos. Yo te digo lo mismo: espéranos en ese lugar donde quiera que estés, que no sé cómo ni cuándo todos nos volveremos a encontrar, y junto a tus amigos volverás a ser la misma de antes. Tú fuiste para mí, como la hermana mayor que nunca tuve, tú me hiciste sentirme segura de mí misma. Muchas gracias y te quiero mucho. Para la chica que nunca olvidaré espero que me recuerdes y que nos volvamos a ver. María Luengo García (2.º Eso, Colegio Jesuitas). En estos días que tanto se habla de los incidentes en el fútbol, me gustaría que publicasen esta carta. El domingo 1 de diciembre nos trasladamos desde Aranda de Duero para jugar un partido de fútbol femenino contra el equipo Peña Centenario Club Atlético de Bilbao de Ponferrada. Cuando llevabamos disputados unos 30 minutos, en una jugada fortuita la portera de la Arandina tuvo un traumatismo cráneo- encefálico por lo que tuvo que ser sacada del campo y posteriormente trasladada al hospital. Las jugadoras de Ponferrada se preocuparon en todo momento de la jugadora, queriendo incluso dar por finalizado el partido, a lo cual el árbitro se nego rotundamente alegando que tenía que cumplir el reglamento. Yo entiendo que el reglamento haya que cumplirlo, pero si ambos equipos estaban de acuerdo no es más importante la jugadora que cualquier otra cosa? La segunda parte se tuvo que jugar, pero las jugadoras del club atletico Bilbao, en una deportividad de la que muchos deberían aprender, se limitaron a entrenar y pasar el tiempo pues no querían hunillar al equipo contrario. Por todo esto, quiero agradecer en mi nombre y en el de las jugadoras de la Arandina C.F., todas las atenciones que tuvimos por parte de presidente, delegados, jugadoras y afición del equipo de Ponferrada. También mi agradecimiento para Cruz Roja y para la Clínica Ponferrada. ¡Que cunda el ejemplo! Ariadna Cibrián Gutiérrez (Burgos). Daniel Domínguez llama al Teléfono del lector diciendo lo siguiente: «Mi llamada es en relación a lo que está sucediendo con las televisiones a nivel nacional. Ha llegado un punto, que bajo mi punto de vista ya no tiene nombre. No contentos con bombardearnos con programas basura, en los que todo es cotilleo, chismorreo y morbo, como por ejemplo Gran Hermano, Salsa Rosa, Abierto al amanecer y un largo etcétera; ahora tenemos un programa nuevo que no sé muy bien con qué fin, bueno el fin último será el subir las audiencias a toda costa. En este programa se ponen a debatir víctimas y verdugos. Ayer pudimos ver a dos mujeres maltratadas y a un maltratador «arrepentido» que donde tendría que estar en realidad sería en la cárcel y no en un plató de televisión. Creo que el tema de los malos tratos es mucho más serio y requiere soluciones serias y no ser exhibidas en un programa de televisión. La pregunta que yo me hago es: ¿Qué será lo siguiente? ¿Quizá un violador o un terrorista y sus víctimas? ¿o quizás un asesino? En este caso, claro, sería más difícil encontrar a las víctimas, y no podrían comparecer las víctimas. Es triste y lamentable que los responsables de las distintas cadenas hayan optado por el todo vale con tal de conseguir más audiencia. De verdad, ¿es que no hay profesionales que puedan idear programas nuevos que nos entretengan y nos hagan pasar buenos ratos, sin recurrir al morbo y a la carnaza? O acaso esta sociedad es la que demanda este tipo de programas y por eso nos los ponen... Ahí queda la pregunta y cada cual a su conciencia que la responda. Bajo mi punto de vista el programa que se lleva la palma es el de Gran Hermano. El otro día había un artículo en el diario de un periodista, que la verdad utilizaba las mismas palabras y reflejaba muy bien lo que yo pienso también, de ese programa basura. Programas como este deberían estar prohibidos por Ley».