Cerrar
Publicado por
Fernando Ónega
León

Creado:

Actualizado:

Las palabras de Aznar en televisión encontraron rápida respuesta: toda la oposición le ha pedido que se trabaje de forma conjunta para afrontar el desastre de Galicia, bajo la consideración de «emergencia nacional». ¿Y cómo se instrumenta esa actuación conjunta?, nos hemos preguntado todos. ¿Entrando en los órganos de decisión administrativa? ¿Aparcando por tiempo indefinido las críticas al Gobierno? ¿Retirando en Galicia las mociones de censura? ¿O pidiendo compartir una cuota de responsabilidad? ¿Acaso el objetivo último es salir en la foto? Puede ser todo eso al mismo tiempo. Y puede ser algo mucho más simple: reunirse para hablar, analizar y proponer. Hace bien la oposición con esa propuesta al Gobierno. ¿No se quejó el Presidente de falta de colaboración y oportunismo político? ¿No acusó al PSOE de deslealtad y falta de patriotismo? Pues ahí los tiene, señor Aznar: están incluso sus aliados habituales. Y se han juntado para ponerse a su disposición y trabajar mano a mano con usted. Esta solicitud no puede considerarse una falta de lealtad, aunque para muchos signifique otra pérdida de tiempo. El presidente está ante una trampa saducea que le pone ante una difícil solución. Por una parte, y por escaso que sea el aprecio que siente por los demás partidos, no tiene más remedio que aceptar. Aunque sea una petición caprichosa, aunque albergue segundas intenciones, ningún jefe del gobierno de una democracia puede negarse a aceptar una petición de todos los grupos. Responder con el silencio o la dilación sería también un truco demasiado burdo. Pero, por otra, si accede a celebrar esa reunión, le habrán dado un serio tortazo al sistema parlamentario. ¿Por qué se dice «no» a un Pleno del Congreso como se ha dicho y, en cambio, se podría aceptar una reunión de otro tipo con sus miembros? Harían falta muchas explicaciones, porque tendría un cierto olor a «política de tapadillo».

Cargando contenidos...